Quizás no sea ni con "nocturnidad ni alevosía" sino, más bien, con todo lo contrario. Siete años después de que llegara a la Plaza del Carmen, el popular caballo del Ayuntamiento trota hacia otro lugar de la ciudad, un destino "espectacular" como confirman desde el área de Patrimonio y que el alcalde silencia como el "gran secreto de la corona". Se desconoce "el instante preciso" de la retirada, pero todo indica a que será a lo largo de este año. Fuentes municipales aseguran que el proyecto de reforma integral al que se va a someter el Consistorio incluye la bajada de la escultura ecuestre. El plan "renove" de la Plaza del Carmen supondrá la remodelación de las céntricas dependencias municipales con ampliación de determinadas zonas, mejora de salas como la de prensa y actualización de todas las conducciones sanitarias y de ventilación, además del adecentamiento de toda la fachada. Hasta el momento este proyecto no se había financiado y ha sido en los presupuesto de 2009 donde se especifica una partida de dos millones de euros. Será entonces cuando comiencen las obras, que podrían estar fechadas para finales de este ejercicio y cuando la imagen ecuestre que tantos comentarios y ríos de tinta ha generado deje de coronar la casa consistorial y baje del cielo de la Plaza del Carmen para "embellecer" otro sitio de la ciudad.

Fue el 13 de diciembre de 2002, con el gobierno tripartito encabezado por José Moratalla, cuando la escultura El instante preciso quedó instalada en el cielo de la Plaza del Carmen. El caballo llegó con el pie izquierdo y desde que se colocó en el Ayuntamiento recibió numerosas críticas. "El por qué de una estatua, el por qué en la cornisa del Ayuntamiento...", todo aquello que tuviera relación con el caballo era objeto de polémica por numerosos ciudadanos y por la oposición, en su momento. Su posterior retirada y nueva ubicación también ha sido diana de numerosos debates que nunca han desvelado su destino final ni la fecha de su retirada.

Ahora, siete años después, comienza su cuenta atrás y la escultura tocará tierra. En cualquier caso, y sin entrar en gustos personales, lo que nadie ha querido poner en entredicho ha sido el valor artístico de la obra del gaditano Guillermo Pérez Villalta que, en su momento, fue cifrada en 144.000 euros. No en vano, son cuatro metros de escultura fundida en bronce con un jinete que lleva los ojos vendados subido a un caballo que guarda el equilibrio sobre tres esferas. Una imagen que después de tanta historia bajará a tierra para estar entre los que la han querido y los que la han criticado.