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Prosiguen las protestas en Granada contra la guerra de Gaza: un centenar de personas se encierra en Gran Vía

Imagen de un momento del encierro.

Imagen de un momento del encierro. / G. H.

A principio de abril, un grupo de vecinos de Loja se encerró durante 48 horas en el salón parroquial de la Iglesia Santa Catalina  para pedir un alto el fuego definitivo y la liberación de los rehenes que pongan fin a la guerra en Gaza, un acto que confiaban en que se replicase en otras ciudades. Ahora esa llamada ha sido escuchada y un nuevo grupo se ha encerrado en un local junto a la iglesia del Sagrado Corazón, en la Gran Vía de la capital. 

Según explica a este periódico Joaquín Vega, uno de los participantes, a este periódico, la idea de realizar este acto, que se prolongó desde el jueves 11 al sábado 13, surgió precisamente para recoger el guante de los compañeros lojeños y, durante los tres días se llegaron a congregar cerca de cien vecinos en el interior del local, cedido por los jesuitas, por lo que Vega califica de "muy gratificante" la experiencia. 

Pero sin duda, lo que más valoran desde este colectivo es la respuesta de la ciudadanía. Según explican sus integrantes, durante los tres días que duró el encierro, se procedió a la recogida de firmas de quienes pasaban por la céntrica vía. En total, durante este tiempo, se recogieron unas 1.500 rúbricas en solidaridad con lo que sufren el conflicto bélico, todo ello, relata Vega, de buena gana y con la mejor predisposición, lo permitió "constatar la solidaridad de Granada con las víctimas" de esta guerra. 

Los motivos de este encierro, como en Loja, son claros: pedir un alto el fuego en la Franja de Gaza para poner fin al genocidio (una palabra que "se queda corta", según Vega) que se está produciendo en esta parte del mundo y que se cumplan las relaciones de Naciones Unidas a este respecto. 

También, buscan hacer presión al Gobierno para que, a su vez, presionen a nivel internacional, siguiendo la línea de unión que ya se mostró durante la invasión de Ucrania por parte de Rusia, explican desde el colectivo formado a raíz del encierro, que ven con buenos ojos la intención del Gobierno de reconocer el estado palestino aunque ven necesario poner en marchas ayudas que permitan aliviar el dolor que actualmente sufren los habitantes de esta zona.  

La comunidad internacional tiene la responsabilidad, según el colectivo encerrado, de utilizar toda su influencia para evitar que esta situación continúe y poner fin a esta crisis. Exigen igualmente que el gobierno de Israel permita entrar ayuda humanitaria para paliar las graves carencias de materiales de todo tipo que sufre la población sitiada. Para ello piden a los distintos gobiernos e instituciones que lleven a cabo un embargo efectivo a Israel que le fuerce a cesar en sus intenciones de exterminar a la población palestina.

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