Una decena de vecinos han comenzado este lunes un encierro, que se prolongará hasta el miércoles, en el salón parroquial de la Iglesia Santa Catalina, en Loja, para pedir un alto el fuego definitivo y la liberación de los rehenes que pongan fin a la guerra en Gaza, según explica Juan Pérez Unquiles, uno de los participantes en esta protesta ciudadana, a este periódico. El encierro tendrá lugar hasta el próximo miércoles y busca que sea el principio de una serie de acto similares en toda España. 

"Todas las personas de buen corazón tenemos que aportar nuestro granito de arena", explica Pérez Unquiles, quien hace un llamamiento para secundar este tipo de acciones que sirvan para que los gobiernos hagan "presión institucional" para detener "la masacre" que se está produciendo en la franja de Gaza, donde ya han perdido la vida más de 33.000 personas, según los datos más recientes del Ministerio de Sanidad gazatí. 

Dentro de esa presión institucional, Pérez ve necesario el apoyo de los ayuntamientos de la capital y el resto de Granada, pero especialmente de Europa y Estados Unidos, "que juega un papel clave para detener el conflicto". De ahí que este activista pida que se produzca una especie de ola de concentraciones, donde no produzcan casos puntuales, sino una continuada en el tiempo, "como por relevos". 

Conscientes de la dificultad para muchos vecinos de mantener un encierro de más de 48 horas, a lo largo de estos días se han programado una serie de asambleas ciudadanas para que quien lo desee pueda conocer la situación que se está viviendo en esta parte del mundo. También, cuenta a este periódico Pérez Unquiles, contarán con la visita de Paco Casero, histórico activista andaluz, que visitará la Iglesia Santa cagtalina para mostrar su apoyo. 

El de Loja no es el único encierro a modo de protesta que se realiza en la provincia de Granada. El pasado año, la Asamblea de Estudiantes por Palestina realizó un encierro en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad para pedir el fin de las relaciones entre la institución académica y sus homóloga en Israel, a la que considera cómplices de las "violaciones del Derecho Internacional" que comete su Gobierno.

En un comunicado, la Facultad "manifiesta su condena ante los ataques recurrentes por parte del ejército israelí contra instituciones académicas palestinas", indica el comunicado, que expresa el acuerdo tomado en junta de centro.