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Con Portugal todo sigue igual

  • El nuevo técnico repite dibujo del pasado ante un gran rival y el equipo no reacciona

Con Portugal todo sigue igual

Con Portugal todo sigue igual

La llegada de Miguel Ángel Portugal al banquillo del Granada no provocó, tal y como el propio preparador anunció durante la semana, una revolución en el once inicial rojiblanco para el decisivo choque contra el Rayo Vallecano. De hecho, había más cambios de una semana a otra en los onces de Pedro Morilla que los que hubo entre el último del sevillano la anterior jornada en Huesca y el primero de Portugal. El veterano preparador recuperó respecto a la alineación de El Alcoraz a Javi Varas para la portería y a Víctor Díaz, que no jugó en Huesca por sanción, para el lateral diestro. El resto, los mismos, con Kunde en la media punta y la medular para Alberto Martín y Montoro, Chico Flores y Saunier como pareja de centrales y Machís y Agra en las bandas. En cuanto al dibujo, Portugal también eligió el 1-4-2-3-1, sistema usado por Morilla de inicio en todos sus encuentros y que fue casi siempre la elección de Oltra durante su etapa.

Justificación

El hecho de mantener una línea continuista vino dado por la sensación explicada por Portugal de que el problema era de confianza, lo que impedía a los jugadores ofrecer el máximo de sus posibilidades. Con los mismos, se puede hacer de otra manera y mejorar sustancialmente los resultados. Ese es el pensamiento que estaba en la mente del nuevo técnico para su estreno sin red, con la obligación de ganar y con un gallito como el Rayo Vallecano en el otro lado del campo.

Más de lo mismo

Sin embargo, durante el primer tiempo no hubo apenas cambio respecto a los últimos encuentros. Volvió a salir el Granada, como casi siempre, enchufado pero en el momento en que el Rayo se apoderó del balón fue el cuadro madrileño el auténtico amo y señor del partido, con los nazaríes corriendo más que nunca tras el esférico, tardando mucho en recuperar y con problemas para jugar con fluidez. Por buscar diferencias respecto a la última etapa, por momentos pareció que las líneas granadinistas estaban más juntas y adelantadas que de costumbre, aunque las largas posesiones rayistas volvieron a meter al equipo cerca de su área. Los laterales, Víctor Díaz y Alex Martínez, sí que subieron más que en la etapa de Morilla, con Agra y Machís volcándose mucho al centro para dejar el carril libre.

Inferioridad por dentro

La forma de jugar del Rayo, con un 1-4-1-4-1, con jugadores de banda como Embarba o Bebé con mucha movilidad en la salida de balón para tener siempre sus compañeros muchas opciones de pase, provocó que el Rayo tuviera superioridad durante casi todo el partido en la medular. De ahí sus largas posesiones y su relativa facilidad para acercarse al área rival con el balón controlado.

Sin variación

Aún no había terminado el primer tiempo y ya había puesto Portugal y varios jugadores a calentar en la banda, aunque el segundo tiempo comenzó con los mismos protagonistas. Y como era de esperar, sin variación en cuanto al guión del choque. Con Montoro como único jugón, ya que ni Alberto Martín ni Kunde son jugadores creativos y el fuerte de Agra y Machís tampoco en la asociación, el Granada continuó a merced del juego de toque del Rayo y buscando la verticalidad y la velocidad en la mayoría de veces que recuperaba el esférico para buscar sorprender a la contra.

Espinosa al campo

Poco antes de la hora de juego decidió el nuevo entrenador rojiblanco mover el banquillo. Sacó del terreno de juego a Kunde, menos participativo que en choques anteriores, para que entrara Espinosa. No movió nada su esquena y mantuvo el 1-4-2-3-1. En otras ocasiones la entrada de un media punta había supuesto quitar al pivote defensivo (Alberto Martín) o a Montoro y retrasar al camerunés, pero en esta ocasión no fue así. La salida del media punta cedido por el Levante activo algo al Granada, que al menos discutió por momentos la posesión de balón al equipo rayista y se acercó a la meta defendida por Alberto.

Los goles

Como el fútbol es caprichoso, la leve mejoría del Granada no impidió que el Rayo marcara dos goles en un abrir y cerrar de ojos para dejar el choque sentenciado y dejar a los rojiblancos con menos opciones que nunca de ascenso. Hubo una clara ocasión de Espinosa entre el 0-1, con Embarba y Bebé apareciendo por donde más daño hacen, y el 0-2, obra de Trejo llegando muy bien al ataque tras otra asistencia de Embarba, cuyo peso en el choque fue grande.

La opción pedro

Los tantos de los madrileños no desembocaron en un ataque de rabia y amor propio del Granada. Nada más lejos de la realidad. Pese a que con el marcador en contra tuvo más el balón el cuadro nazarí, el choque siguió estando dominado por completo por el Rayo, que vivió un partido mucho más plácido de lo previsto. Portugal tampoco encontró las soluciones en el banquillo. Entró Pedro en el sitio de Agra. Volvió a ser cambio de cromos en una misma posición.

Mutación al 1-4-4-2

Jugó los minutos finales el Granada con un 1-4-4-2, con Joselu, que entró por Montoro, arriba junto a Adrián Ramos y Espinosa en la media al lado de Alberto Martín.

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