Funeral en su memoria

Sudáfrica y el mundo se despiden de Mandela

  • Miles de surafricanos rinden tributo a Madiba junto a un centenar de líderes mundiales. Obama, que ha saludado a Raúl Castro, destaca el papel de Mandela como "último libertador del siglo XX".

Los líderes mundiales ensalzaron a Nelson Mandela como una figura universal en la defensa de los derechos humanos y agradecieron a Sudáfrica el ejemplo de tolerancia y convivencia que ha dado al mundo tras la supresión del régimen racista del apartheid que logró su ex presidente. Así lo atestiguaron en un funeral oficial celebrado en el estadio de fútbol FNB de Johannesburgo ante decenas de miles de personas que pudieron escuchar las intervenciones del presidente de Estados Unidos, Barack Obama; el de Cuba, Raúl Castro; y la de Brasil, Dilma Roussef, entre otros mandatarios. España estuvo representada por el Príncipe de Asturias y por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Entre los oradores, el que más entusiasmo despertó fue Barack Obama, quien al igual que Mandela en Sudáfrica, es el primer presidente negro de su país. El líder estadounidense, que estuvo arropado en las gradas por sus antecesores Bill Clinton y George Bush, y a quien los africanos consideran muy próximo por su raíces kenianas, agradeció a Sudáfrica que compartiera a Madiba (como se conoce popularmente a Mandela) con el resto del mundo.

Mandela "fue el último libertador del siglo XX", que "nos enseñó que nada es imposible...hasta que está hecho", y Sudáfrica "nos enseñó que podemos elegir un mundo donde no haya conflicto, sino justicia y paz", subrayó. Muy ovacionado, y al contrario de otros discursos que fueron ignorados por el público, que prefirió en muchas ocasiones cantar, bailar o buscar famosos entre la grada VIP, Obama criticó que, en contra del legado de Mandela, todavía haya niños sufriendo de hambre, escuelas cerradas, gente perseguida por sus ideas políticas. "Cuando la noche sea más oscura, pensemos en Madiba", animó el presidente estadounidense.

El espíritu conciliador de Mandela pareció estar presente cuando Obama, al dirigirse al estrado, le estrechó la mano a su homólogo de Cuba, Raúl Castro, en un gesto sin precedentes entre los líderes de dos naciones en conflicto desde hace décadas. El presidente cubano calificó a Mandela como un "símbolo supremo de la lucha revolucionaria", y advirtió de que "la humanidad no podrá responder a sus colosales desafíos sin una concentración de esfuerzos entre todas las naciones" como la que promulgó el ex mandatario fallecido. Raúl Castro dijo también que América Latina y el Caribe avanzan ya "hacia la unidad y la integración", y sostuvo que Mandela, al que definió como un "profeta de la libertad y de la reconciliación", fue un "ejemplo insuperable" para todos los países que conforman esta zona geográfica.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró que Madiba, a quien considera la personalidad "más extraordinaria" del siglo XX, "inspiró la lucha civil en Brasil y América del Sur". "La lucha de Mandela -remarcó- fue un modelo no sólo para este continente, sino para otros. Es un ejemplo y una referencia para todos nosotros".

En representación del resto de naciones que no pudieron intervenir en la ceremonia, a la que asistieron más de un centenar de jefes de Estado o de gobierno, habló el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien señaló al fallecido ex presidente surafricano como "uno de los grandes ejemplos de la Historia". "Fue más que un gran líder de su país. Fue una de las grandes enseñanzas de la Historia, alguien que predicó con su ejemplo", dijo el máximo representante de Naciones Unidas, que destacó además su carácter de irreverencia ante la desigualdad: "Era enemigo de la injusticia; odiaba al odio, no a las personas".

El oficio, que desilusionó a muchos de los asistentes por su excesivo carácter oficial y su escasa concesión a los rasgos que definen la cultura popular surafricana y la unión del pueblo con Mandela, concluyó con un extenso, y en ocasiones abucheado, discurso del actual presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma. El mandatario, que el próximo año afronta unas elecciones generales y sobre el que pesan sospechas de corrupción, rememoró a Mandela como un "luchador por la libertad" que venció a la "brutalidad" del régimen racista. "La lucha se convirtió en su vida", dijo Zuma, que recordó al Mandela fundador del brazo armado del gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA).

Emotivo adiós a Mandela del pueblo surafricano

Decenas de miles de surafricanos rindieron tributo a Mandela, a pesar de la intensa lluvia que caía sobre Johannesburgo. Pero el mal tiempo que desde primeras horas de la mañana reinó en Johannesburgo y las dificultades de transporte hicieron que no se llenaran las más 90.000 sillas del estadio, que en su momento de mayor afluencia apenas tenía cubiertas tres cuartas partes de las localidades. El ánimo y la alegría con que los primeros en llegar ocuparon sus localidades hacían vaticinar una formidable fiesta popular, cuyos mejores momentos se vivieron antes de que el acto se abriera oficialmente.

Protegida del agua que seguía cayendo por la visera del estadio, la multitud que ocupaba la parte superior de uno de los fondos cantaba y bailaba al unísono a medida que decenas de jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo llegaban al recinto para asistir al funeral. "Nelson Mandela, no hay ninguno como tú", entonaba la masa en zulú, convirtiendo las tribunas en una rítmica marea humana en recuerdo del padre de la Sudáfrica libre y multiétnica. Carteles con retratos suyos compartían protagonismo con las banderas de Sudáfrica en las gradas, adornadas también por vistosos atuendos tradicionales y vestidos africanos con los colores verde, amarillo y negro del Congreso Nacional Africano (CNA) que lideró Mandela.

La llegada de la familia de Mandela al estadio encendió las tribunas. El público aclamó sonoramente a su viuda, la mozambiqueña Graça Machel, cuando los marcadores ofrecieron su imagen entrando al recinto, con la cabeza cubierta por un pañuelo de color negro, como el resto de indumentaria. Minutos después, Winnie Madikizela-Mandela, ex esposa de Madiba y su camarada en la lucha contra el apartheid, tomaba el protagonismo en la pantalla, redoblando el fervor de las gradas. Ya en las gradas, Graça Machel y Winnie Mandela se fundieron en un afectuoso abrazo y se besaron ante los miles de surafricanos que abarrotaban el estadio.

Tras los discursos de los líderes mundiales, el arzobispo emérito de Ciudad del Cabo, amigo de Mandela y también premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu, tomó la palabra para electrizar al FNB con su verbo torrencial, tras más de cuatro horas y una veintena de discursos oficiales. Tras finalizar con un sabor agridulce el primer gran acto popular de despedida de Mandela, el féretro del ex presidente desfilará este miércoles y hasta el viernes por las calles de Pretoria, donde los surafricanos tienen una nueva oportunidad de decir adiós a su líder. También en Pretoria tendrá lugar durante esos días la capilla ardiente de Nelson Mandela, que será enterrado el domingo en un funeral de Estado en Qunu, la localidad del sureste del país donde creció y había pedido que se le sepultara.

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