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La asamblea por la paz afgana se estrena con varios ataques talibanes

  • El presidente Karzai inaugura la 'jirga' con la que se espera iniciar el diálogo con los insurgentes

La anunciada asamblea (jirga) de la paz afgana, de la que se espera que salga el germen para poner en marcha el diálogo con los grupos insurgentes, se inauguró ayer en medio del impacto de dos proyectiles y un abortado asalto suicida.

El primer cohete cayó en el área de Badam Bagh de Kabul, a 600 metros de la carpa habilitada para la asamblea cuando el presidente afgano, Hamid Karzai, pronunciaba el discurso de inauguración de la jirga, de la que se han ausentado los talibanes y la oposición. "No se preocupen, siéntense, todo va bien -conminó Karzai tras escuchar el impacto-. Estamos acostumbrados a esto. Todo el mundo lo está, incluso mi hijo de tres años".

El Ministerio del Interior precisó que el segundo proyectil llegó a penetrar en el recinto donde se desarrolla la asamblea, a 50 metros de la tienda de campaña que congregaba a los asistentes, cuando Karzai ya había abandonado el lugar.

Poco después de este sobresalto, las fuerzas afganas mataron a dos insurgentes envueltos en un burka y equipados con chalecos suicidas y lanzagranadas que intentaban asaltar la jirga, y detuvieron a un tercero que también se había disfrazado de mujer.

A esta reunión tradicional, de tres días, han sido convocados 1.600 legisladores, jefes de consejos provinciales, líderes tribales y religiosos y de la sociedad civil, además de 300 observadores, entre ellos diplomáticos extranjeros.

Pero la esperada jirga, anunciada por Karzai en su discurso de renovación de mandato en noviembre tras un proceso electoral lastrado por el fraude, es de carácter consultivo y sus decisiones deben ser aprobadas por el Parlamento: su misión es diseñar una hoja de ruta para pacificar Afganistán.

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