Actual

Ayala entre limoneros

UN limonero entre los naranjos de la Fundación Francisco Ayala de Granada. Allí, a los pies del árbol, en una urna biodegradable que se irá fundiendo con la tierra al paso del tiempo, reposan desde el pasado martes las cenizas del escritor granadino, fallecido a los 103 años en Madrid el pasado 3 de noviembre. Por expreso deseo de la viuda de Ayala, Carolyn Richmond, las cenizas de Ayala descansan junto a un pequeño limonero recién transplantado que ayer fue dado a conocer al público. En un breve y emotivo acto, en el que se leyeron fragmentos de algunas de las obras de Francisco Ayala y sonó la Suite número 1 para violonchelo, de Johann Sebastian Bach, la viuda de escritor reveló que en estos momentos lo echa "terriblemente de menos" y anunció que en un futuro dará a conocer la relación entre ambos desde el punto de vista intelectual y desde el punto de vista personal.

La jornada de ayer, un mes después de la muerte del escritor, sirvió también para acoger la primera reunión del Patronato de la Fundación Francisco Ayala en su sede del Palacete de Alcázar Genil y para elegir como presidenta de honor a Richmond, cargo que hasta ahora ostentaba el propio Francisco Ayala. Una de las primeras medidas del patronato fue la de establecer la fecha del 16 de marzo, día del nacimiento del escritor, una fiesta con niños, como venía siendo costumbre hasta ahora durante los últimos años, y la del 3 de noviembre, día de la muerte de Ayala, como efeméride para la celebración de un encuentro de nuevos investigadores sobre su obra.

Desde esta semana, los restos de Ayala descansan ya en Granada, la ciudad que le vio nacer, y descansan bajo el perfume de los limones y los naranjos que el escritor tanto amó en sus 103 años de vida.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios