El ex presidente de la Junta de Andalucía José Rodríguez de la Borbolla aseguró ayer que la gestión de la Alhambra de Granada y el ejercicio de las competencias por parte del Gobierno de la comunidad sobre este monumento representa "el paradigma del funcionamiento del Estado de las Autonomías".

El presidente de la Junta entre 1984 y 1990 hizo estas declaraciones durante su conferencia La cultura en el proceso de transferencias. La gestión de la Alhambra, en la inauguración del curso El Conjunto Monumental de la Alhambra y Generalife: 25 años de gestión autonómica.

Según Rodríguez de la Borbolla, la gestión de este recinto monumental por parte de la Junta de Andalucía resulta "emblemática" sobre las capacidades de las autonomías para resolver los problemas de todos los ciudadanos.

Al respecto apuntó que la Alhambra representa un "modelo" y una alternativa desde la perspectiva de la inserción de su gestión en la problemática social y como transformadora de un bien "capaz de ayudar a la resolución de los problemas de los ciudadanos".

"La Alhambra, gestionada por la Junta de Andalucía, está hoy mejor que lo ha estado nunca", destacó el ex presidente, quien incidió en que su modelo de gestión "ha triunfado" y respondido a todas las exigencias que se plantean sobre la gestión del patrimonio en una sociedad moderna.

En su discurso quiso hacer énfasis en que, en este monumento, se ha superado ya la posible contradicción existente entre una adecuada gestión del patrimonio y su utilización como dinamizador de la vida económica y social de todo un entorno y una ciudad.

En este sentido, señaló que la Alhambra se ha "relevado" como un "instrumento extraordinariamente potente" para la dinamización de Andalucía, con preservación de su identidad y por encima de conflictos pasados con visiones "excesivamente celosas" respecto a lo que supone la preservación y reserva del monumento.

Aunque José Rodríguez de la Borbolla quiso centrar su exposición en explicar cómo se construyó el Estado de la Autonomías, lo que ha calificado de "una aventura grandiosa", aseguró que la transmisión de transferencias fue interpretada por la administración central como una pérdida de poder, pese a las importantes ventajas que suponía.