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Campo de batalla, la Tierra

  • En 'Reportajes' (Reservoir Books), el artista maltés Joe Sacco nos ofrece una genuina muestra de periodismo de investigación en clave cómic con trabajos ambientados en Palestina, Chechenia, Iraq o India

Un par de años después de Noticias al pie de Gaza (Reservoir Books, 2010), la estremecedora reconstrucción de la matanza perpetrada por el ejército israelí en la ciudad de Rafah en 1956, Joe Sacco nos entrega una nueva muestra de periodismo de investigación en clave cómic: Reportajes. El volumen, que reúne la mayoría de las piezas breves que ha realizado en este formato, incluye otros dos trabajos ambientados en tierras de Palestina: Una mirada a Hebrón y La guerra subterránea en Gaza. Como suele ser habitual en él, Sacco expone de manera ponderada, que no imparcial, los argumentos de las partes en conflicto. Ni es neutral ni lo pretende; el artista maltés confiesa haber hecho suyas estas palabras de Robert Fisk: "Los periodistas deberían ser neutrales y objetivos en favor de los que sufren".

Por desgracia, además de en Palestina, hay otros muchos frentes abiertos en el planeta. En una de sus crónicas más extensas Sacco se traslada al Cáucaso para hacernos oír las historias de un grupo de mujeres chechenas, refugiadas en Ingusetia, cuyas vidas se han ido al traste por decisiones de otros. En la década de los 90, aprovechando la agonía de la Unión Soviética, Chechenia proclamó su independencia. Puesto que no todos apoyaban la separación de Moscú ni todos estaban por la labor de construir un Estado sólido, la región no tardó en sumirse en el caos. Al principio, Boris Yeltsin se negó a recurrir a la fuerza temiendo un alzamiento de la zona, pero la presión del ala dura del Partido pudo más que su prevención. En 1994, se lanzó una primera ofensiva contra los rebeldes chechenos. Un lustro más tarde, Vladimir Putin dio luz verde a una segunda campaña que se llevó por delante poblaciones enteras y provocó un éxodo masivo hacia territorios ajenos al conflicto. En 2002, Joe Sacco trascribió los testimonios de cuantos habían perdido todo en una guerra que otros declararon, no ellos, pero que pagaron ellos, no otros.

En esta cita no podía faltar Irak. El autor estuvo en el país en calidad de "periodista empotrado"; o sea, incorporado a las filas de los marines: "incluso siendo contrario a la invasión de Irak -declara Sacco-, me pareció interesante ver las cosas desde el punto de vista de los que constituyen la punta de lanza del proyecto imperialista americano". En La indolencia mata -una consigna que los marines se repiten entre sí para no bajar la guardia-, Sacco acompaña a diversas patrullas de vigilancia que recorren las carreteras de Irak viendo un coche-bomba en potencia en cada vehículo que se cruza en su camino (No es un miedo infundado: las tropas insurgentes aprovechan cualquier resquicio para atacar). En ¡Abajo! ¡Arriba! expone de manera pormenorizada el durísimo entrenamiento que soportan quienes se alistan en el ejército: los instructores norteamericanos deben convertir en soldados a hombres sin vocación que, a falta de otras perspectivas, han elegido la carrera militar. En Trauma a crédito, Sacco se traslada a la retaguardia para documentar un hecho insólito: el viaje de dos ciudadanos iraquíes a Estados Unidos para denunciar formalmente a Donald Rumsfeld, Secretario de defensa de George W. Bush, por torturas.

Sacco no ha necesitado siempre irse lejos para hallar nuevos campos de batalla. En Los indeseados -otro trabajo ejemplar por su manera de recabar, contrastar y exponer la información-, Joe Sacco se queda en su tierra natal para tratar/retratar el problema de la diáspora inmigrante. Se cuentan por cientos los súbditos africanos que desembarcan ilegalmente en las costas de Malta cada año. Este pequeño archipiélago mediterráneo debería de ser un alto en el camino en su viaje hacia el continente, pero estas gentes llegan allí exhaustas y arruinadas; los traficantes y los funcionarios corruptos se han quedado con el poco dinero que llevaban encima al abandonar Eritrea, Somalia, Etiopía, Nigeria, Senegal, etc. Los inmigrantes acaban en centros de internamiento, tras vallas y rejas, criminalizados por una sociedad que gusta de presentarse como la más civilizada del planeta. El autor pone nombres y rostros al interminable reguero de víctimas.

Respecto al reportaje periodístico convencional, el reportaje en clave cómic exige una actitud distinta del lector; una actitud, como mínimo, más reconcentrada. La exposición del dibujo -contraria a toda premura- ayuda asimismo a la mejor comprensión de unos hechos que corren el riesgo de perderse en el carrusel desbocado del telediario. Al igual que en Noticias al pie de Gaza, el rigor y el compromiso le ganan limpiamente la partida a otros intereses espurios.

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