Al frente de Los Ronaldos, cuando era apenas un imberbe, entregó algunas de las canciones más redondas y cautivadoras del rock en español. Por aquel entonces Coque Malla irradiaba esa seguridad inconsciente de la juventud, un punto de chulería que encajaba perfectamente con aquellos temas y un descaro absolutamente genuino. Fue una época inolvidable pero él nunca se ha permitido ejercicios de nostalgia que solo pueden desembocar en la insatisfacción. Así pues, dejó que la cosa se enfriara, bajó a la tierra y se pateó multitud de garitos tocando versiones con los amigos, inició una carrera en solitario que era un proceso de búsqueda y sin prisas acabó mirando dentro de sí mismo hasta encontrar aquello que perseguía sin saber qué era.

Los que hayan visto el documental Mujeres, una cinta en la que se ruedan con elegancia y minimalismo visual diez temas escogidos de su repertorio, interpretados impecablemente por el músico a dúo junto a sendas mujeres, certeramente escogidas, y una banda que no baja de la excelencia, sabrán que en muchas ocasiones se menciona la palabra madurez cuando se habla de artistas de amplia trayectoria, pero que en muy pocas tiene tanto sentido como en el caso del Coque Malla de 2013, cuando se grabó. El documental es una delicatessen en la que se entrelazan la pasión, las confidencias, los ensayos en un ambiente intimista, la complicidad… y que ofrece una mirada sobre el cantante a través de su gran obsesión: las mujeres. Por él desfilan Leonor Watling, Anni B. Sweet, Ángela Molina, Vilma, María Rodés, Alondra Bentley, Jeanette, Rebeca Jiménez, Laura Gómez Palma y la sobrecogedora interpretación que nos regala Amparo Valle, la madre del artista.

Casualidad o no, hace poco el músico ha anunciado su retirada temporal para disfrutar de la familia y su reciente paternidad cuando acabe esta gira. De modo que Mujeres supondrá un punto y aparte en su carrera, no se sabe hasta cuando. Esta noche a partir de las nueve, en Planta Baja, ofrecerá un concierto basado en las canciones y en el espíritu de este magnífico trabajo. Y la última oportunidad, por el momento, de disfrutar con cercanía de la madurez musical de Coque Malla.