Javier Domenech es un dibujante compulsivo. Un paparazzi que en vez de fotografiar, dibuja, y que más allá de rostros famosos prefiere a los anónimos que se concentran a diario en la Fuente de las Batallas. En Al Sol ha seleccionado 106 imágenes de las más de 1.000 que posee tras dos años de paseos por la céntrica plaza. La galería Arrabal & Cía inauguró ayer la exposición que permanecerá abierta hasta el próximo 19 de marzo con un acto que contó con el bandoneón de Alfredo Lombardo.

Para sus 'dibujos robados', Domenech sólo necesita poco más de un minuto y un rotulador. "No comenzó como un proyecto", explica. "Me encanta pasear y fijarme en la gente que me rodea". Gente, en su mayoría mayores, que aparecen en la muestra de distinta forma y que él ha agrupado en los que están de espaldas, los que leen periódicos o las madres que pasean a sus bebés. Al sol es un recorrido por los apuntes que el artista ha hecho en su bloc de dibujos.

Junto con las imágenes, la exposición muestra un corto de cuatro minutos en donde se puede ver cómo es el proceso de creación "con tomas de los señores" y la mano de Domenech dibujando. Como explica Alejandro Gorafe, en muchas de las obras se aprecia cómo el artista deja inacabados los dibujos porque ha sido sorprendido por sus protagonistas. Si se giran o le descubren, deja de pintar.

Entre las escenas, el espectador puede encontrar a personas "en las que normalmente nadie se fija", afirma el autor. "Son muy pictóricos... sus sombreros, sus bastones, las arrugas de su cara". Sin embargo, mientras en algunos dibujos aparecen rodeados de los edificios de la zona, en otros los trazos únicamente recogen los gestos que expresan al subir a un autobús o mantener conversaciones políticas.

"Es muy curiosa la diferencia que se manifiesta en su forma de vestir, por ejemplo, dependiendo de su ideología. Los de derecha suelen ir muy arreglados, con chaquetas y corbatas, mientras que los de izquierda no tanto".

Javier Domenech, a quien Gorafe califica como un "artista virtuoso", no sólo se ha fijado en la Fuente de las Batallas para retratar a sus 'habitantes' al sol, sino que lleva aproximadamente dos años haciendo lo mismo con lo que pasa a diario con otras plazas de Granada o la playa de Almuñécar.

A diferencia de la "selva urbana" que suele aparecer en otras obras que capturan imágenes de la calle, la exposición -dice Gorafe- recoge los momentos 'calmados' de personas que suelen permanecer estáticas mientras descansan en los bancos o sus tranquilos movimientos mientras pasean. Personas que suelen pasar desapercibidas y a las que Domenech 'roba' el alma en los numerosos dibujos que les dedica sin que se den cuenta. 106 en total que ocupan el tamaño de un folio y multitud de rostros tristes, alegres o contemplativos.