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La Guardia publica este mes su disco 'Tumbado al borde de la luna'

  • Se trata del decimotercer álbum de la banda tras la publicación de '25 años no es nada', con el que Manuel España, sin Quini Almendros, regresó a la escena

Después de celebrar sus bodas de plata recorriendo la geografía nacional con el disco " 25 años no es nada , La Guardia lanza al mercado el que será su decimotercer álbum titulado "Tumbado al borde de la luna", a la venta el próximo 23 de febrero, de la mano de Diagonal Music Factory.

El nuevo proyecto de los chicos de Manuel España, -esta vez sin el guitarrista Quini Almendros, cofundador, junto a Enrique Conejo y Emilio Muñoz, del grupo- está compuesto por diez canciones inéditas, que giran alrededor del rock, a la vez que miran a otros géneros, mezclando así sonidos que van desde el country hasta el pop, pasando por el swing y el tex mex.

Con Fran Gude como productor musical, la grabación del disco se ha realizado en los madrileños estudios Doko Music Factory y Dalamix y cuenta con colaboraciones de músicos americanos con instrumentos tales como el violín, el banjo, el acordeón y el pedal steel, siendo, según Manuel España, líder de la banda granadina, "el disco más maduro y positivo de La Guardia".

Cuando a Manuel España se le planteó la idea de hacer un nuevo álbum, comenzó a rebuscar canciones y maquetas en el cajón de su habitación. Al hacer la selección se colocó en el lugar del fan, y pensó en lo que le gustaría escuchar al poner el disco.

Tenía gran cantidad de composiciones: en cassette, en el móvil, en maquetas, apuntadas en hojas arrugadas en la papelera y hasta en notitas en los bolsillos. Es decir, ya tenía los deberes hechos, pero quería llegar un poquito más lejos, por lo que se puso a componer. Estaba entusiasmado.

El resultado es este nuevo trabajo, cuyo título ya es en sí sugerente: Tumbado al borde de la luna. Se trata, según España, del disco más positivo de La Guardia. De hecho, es la primera vez que entre los temas no incluyen una balada, ya que ni podían sacrificar ninguna canción, ni Manuel tenía ganas de bajar las revoluciones.

La intención principal era conseguir que el público se divirtiera y se olvidara por un rato de sus problemas, que se sintiera identificado con las canciones, y que pensara "que un mal día lo tiene cualquiera, que no es tan malo perder un trabajo o que te deje la novia, que cuando una puerta se cierra otra se abre, y que además a todo eso se le puede poner estribillo y cantar como si nada, incluso con alegría", según España. Como dice la canción que da título al álbum, en ocasiones es necesario quitar los pies del suelo y tumbarse un rato al borde de la luna.

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