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Larga fila de espectadores satisfechos

Es un placer ver una larga cola de espectadores esperando en una noche de frío llegar a la taquilla del teatro para hacerse con una entrada a un espectáculo. Esperábamos a Laví e Bel y Lavíe e Bel nos compensó sobradamente el frío, la espera, satisficieron las expectativas de esa larga fila de espectadores.

Cabaret líquido es un espectáculo musical, un divertimento abiertamente festivo y desenfadado. El acento en este cabaret no recae sobre una puesta en escena vanguardista o en un discurso transgresor; la intención explícita y toda la maquinaria de la pieza están al servicio de la diversión y la fiesta. Cabaret líquido es un espectáculo impecable, que cumple al detalle con el marco en el que se creó: la programación de artes escénicas para el gran público convocado en la Exposición Internacional Agua y Desarrollo Sostenible, que tuvo lugar en Zaragoza, el año pasado. No sólo cumple con la premisa de una espectacularidad explícita y el abarcar al público más variopinto, sino que además, a diferencia de otros productos surgidos en marcos parecidos; responde a criterios de calidad artística. Esto es: la diversión y la espectacularidad recaen sobre un guión bien armado, el humor lúcido-lúdico que sin llegar a ser punzante abarca desde la crítica a la ternura, un elenco de nueve intérpretes que aglutina a un solo nivel a actores y músicos, un vestuario que boceta y dice rápidamente del personaje, un grupo de músicos versátil con muy buen directo, unos actores que saben hacer como sin esfuerzo con el registro del café cantante.

La dramaturgia de la obra se construye como estampas de viaje; se ensamblan unas a otras con o sin separatas a modo de pequeños números circenses y musicales. Las estampas van desde el número oriental de geishas siamesas que danzan al son del relato del cerezo, la pequeña cereza caída en la boca del suicida al que salva; un número genial con el increíble hombre-radio; el desencuentro, malentendido y discrepancias entre la reina Nefertiti, un prestigioso arqueólogo-experto egiptólogo y nuestro guía turístico; la ronda de peleas disparatadas de una forzuda circense agitanada, o una opereta de la muerte que aúna el espíritu de la ranchera con el fado y la copla.

Esta es una versión muy abreviada de la que ofrecieron durante meses en el Balcón de las Artes Escénicas de Zaragoza. Se nota que es una pieza rodada, confrontada y bien medida con el público de antemano, igual que no se nota que ésta sea una versión abreviada, otra. Comoquiera que sea, lo que se nota es que la maquinaria de Cabaret líquido funciona.

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