El francés Maurice André, considerado uno de los mejores trompetistas de música clásica del mundo, falleció la noche del sábado a los 78 años de edad en la localidad vascofrancesa de Bayona, informaron ayer los medios galos.
André, que durante su dilatada carrera viajó por todo el mundo y tocó con los más grandes directores y orquestas, había nacido en 1933 en Alés, en el seno de una familia minera, y fue introducido en la música por su padre, aficionado al mismo instrumento.
Durante su adolescencia, según se puede leer en su biografía oficial, se vio obligado a trabajar en la mina, pero alternó esa labor con clases de música y a los 18 años consiguió ingresar en una banda militar y obtener una beca para estudiar en el Conservatorio de París.
Ganó su primer premio en el concurso de cornetas y para 1953 logró alzarse con el máximo galardón de trompeta, lo que le supuso una ascensión imparable "Dios le puso un don excepcional para la música entre las manos; su padre le dio la trompeta; la mina, la fuerza y los valores morales, Léon Barthélémy vio en él prodigio y le formó, y finalmente su mujer, Liliane, le acompañó y sostuvo toda su carrera", dijo sobre él el compositor Jan Leontsky.
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