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Nacho Vigalondo se enfrenta al humor marciano

  • El cineasta explora su particular mundo personal en su segunda cinta: 'Extraterrestre'

El universo personal de Nacho Vigalondo es tan marciano como cualquier invasión alienígena y Extraterrestre es el nombre de su segundo largometraje, una comedia de romanticismo mezquino y ciencia ficción de bajo presupuesto protagonizada por Michelle Jenner, Raúl Cimas, Julián Villagrán y Carlos Areces.

En Extraterrestre -que se estrena este viernes en los cines tras su presentación en el Festival de San Sebastián-, a pesar del platillo volante que amenaza a la especie humana, casi toda la acción transcurre en un piso del centro de Madrid y el apocalipsis no puede luchar contra las intrigas sentimentales.

"Nadie esperaría de Avatar que tuviera escenas como las nuestras y no he querido maquillar el bajo presupuesto de esta película, así que he jugado un juego completamente distinto y he aprovechado el poco presupuesto para ir por otras vías. Me sentiría fracasado si algún espectador echara de menos algo en mi película", explicó ayer Vigalondo en la presentación de Extraterrestre en Madrid.

Tras llegar a las puertas del Oscar con su corto 7:35 de la mañana y con el éxito moderado de su primer largo, Los Cronocrímenes, este director cántabro se apoya ahora en el humor absurdo y el naturalismo para romper las claves del cine de género.

"No es que no haya extraterrestres en la película, es que están lejos. Vamos, que el platillo volante no está fabricado en Toledo. Y además, ¿qué más da que no haya extraterrestres? ¿Dónde estaban los Perros de paja en la película de Sam Peckinpah? ¿Dónde estaba La gata sobre el tejado de zinc caliente?", bromeó. Extraterrestre, efectivamente, sigue más la supervivencia emocional de una mujer (Michelle Jenner) que, debido a una invasión alienígena, se ve atrincherada en su piso junto a su amante ocasional de una noche de borrachera (Julián Villagrán), su pareja estable (Raúl Cimas) y el vecino que sabe su secreto y lo utiliza para poder seducirla (Carlos Areces).

Pero al margen de un humor con referencias al teatro del absurdo, a la comedia madrileña de los 80, a Larry David o al programa de televisión Muchachada Nui, no es casualidad que en tiempos del individualismo, Extraterrestre muestre una egolatría y una mala baba tales en sus personajes que el fin del mundo acabe pudiendo con las rencillas personales y las pequeñas victorias sentimentales.

"A Julián Villagrán le da igual que esté la civilización a punto de extinguirse y está más pendiente de lo que sucede entre Michelle Jenner y Raúl Cimas. Y Carlos Areces se queda en su casa en vez de huir para seguir molestando a su vecina", resumió Vigalondo.

"Supongo que no está muy alejado de lo que somos nosotros. Yo soy mezquino y cuando me enamoro hago cosas mezquinas", explicó Julián Villagrán, uno de los protagonistas de esta red de mentiras, manipulaciones y trapisondas que nutren la galaxia cómica de Extraterrestre.

"A veces se plantea que los directores tenemos una mente clara y que sabemos de nuestro tiempo, pero no es así", resumió por su parte el director.

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