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El siglo XX a través del objetivo de una cámara en femenino

  • 'Mujeres en plural' recoge un centenar de fotografías de reconocidos artistas a través de las cuales se observa la evolución que ha experimentado el mundo de la mujer

El siglo XX ha sido el siglo de la mujer y lo femenino en este tiempo ha tenido una importancia radical. Por ello, la mujer ha estado en el objetivo de los nombres más importantes de la fotografía como se contempla en la exposición Mujeres en plural que inauguró ayer la Fundación Canal.

Tanto por la cantidad de imágenes, casi cien, como por el número de artistas, cincuenta y ocho de los que diecinueve son mujeres, como por la calidad de los mismos, muchos de ellos parten de la historia de la fotografía, se trata de una exposición "apabullante" con obras emblemáticas.

"No es una muestra en la que el concepto sea la mujer, sino que trata de profundizar en el retrato de la mujer retratada", comentó la comisaria Lola Garrido que ha planteado un recorrido libre en el que la organización responde a "una sutil línea en la que se unen todos los fotógrafos".

Aunque la muestra no obedece a criterios cronológicos ni pretende convertirse en una radiografía histórica ni antropológica, en ella se recoge la evolución que ha experimentado el mundo femenino durante el siglo pasado, en el que "la revolución auténtica ha sido la de la mujer". En una experiencia de contemplación que, según la comisaria, debe ser individual, se han contrapuesto imágenes, retratos, actividades que permiten descubrir cómo veían a los mujeres los grandes fotógrafos. "Una fotografía de 1930 puede ser más moderna que una de 1990".

Mujeres sensuales, sofisticadas, glamurosas, actrices, deportistas, agresivas, trabajadoras o modelos, no todas bellezas clásicas, la exposición ofrece la visión de una mujer poliédrica "que puede ser todas las mujeres, con aristas y sin concesiones. Amplia de miras y horizontes".

Inician la exposición dos imágenes de Edward Steichen, Portrait Lady y The Long Cabin, las más antiguas que, fechadas en 1908 y 1912, muestran un tipo de mujer todavía decimonónica. Ocho años más tarde, la estadounidense Berenice Abbott retrataba a Dorothy Whitney (1920), una activista social que aparecía ante la cámara vestida con una corbata y sonriendo al objetivo mientras sujeta un cigarrillo con su mano derecha. "Eran los comienzos de un siglo en el que la mujer abandonaba, definitivamente, el ámbito doméstico, dejando atrás corsés y prejuicios".

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