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El ballet que dejó sin aliento

  • El Cullberg Ballet deleitó y dejó sin respiración al público de los Jardines del Generalife con un espectáculo en donde sus piezas 'Out of Breath' y 'Walking Mad' resaltaron por su belleza estética

Aún resuenan los suspiros en los Jardines del Generalife. El Cullberg Ballet, venido de la fría Suecia, supo caldear el ambiente en la noche de ayer. Con una puesta en escena arriesgada y con tres piezas de baile cuidadas hasta el mínimo detalle, los bailarines fueron desfilando, paso a paso, desde la angustia más común hasta la ironía más socarrona.

Un sonido atronador de metales golpeando el suelo rompieron el silencio en Aluminium, dirigida por Mats Ek y estrenada por la Compañía de Danza en Madrid, que abrió el espectáculo con un vestuario que juega con el lucimiento del cuerpo y los tejidos tecnológicos metalizados. Acompañado por los movimientos orgánicos de los intérpretes supo abrir boca para lo que aún estaba por llegar.

Tras el descanso de propios y ajenos darían comienzo las dos piezas claves, sello personal del coreógrafo y director artístico de la compañía Johan Inger. Out of Breath, de riguroso estreno en España, sería la obra que pusiera de manifiesto el espíritu competitivo del hombre, con una desgarradoda visión, donde la situación personal del coreógrafo en el momento de crearla, brota de manera natural en la confrontación entre la vida y la muerte.

La noche iba in crescendo cuando las archiconocidas notas de El Bolero de Ravel hicieron acto de presencia en los Jardines del Generalife, para disfrute de todos. Pero no habría una puesta en escena clásica a la que el público acostumbra. En clave de humor, Walking Mad versiona el clásico a través de tres mujeres que interactúan exponiendo la relación con ellas mismas y con los hombres de su vida. Y es que hay infinitas maneras de sentir El Bolero e infinitas maneras de disfrutarlo. La pieza, que pondría la nota final a la noche, retomó el contacto físico como fuente renovadora, dejando que cada bailarín ejercitara su propia inspiración en la música y volara e hiciera volar al público cual espíritu libre, al compás de las notas. El Cullberg Ballet, creado por Birgit Cullberg en 1967 que gestaría un nuevo estilo poderoso e intenso, abierto y desde un principio con una gran carga humanística, ha sido dirigido por Johan Inger desde el 2003 y volverá a subir toda su emoción y belleza estética al escenario del Generalife mañana lunes.

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