El pianista de éxito motrileño Juan Carlos Garvayo cambia los principales escenarios internacionales por su querido Teatro Calderón para hacer disfrutar de su virtuosismo al público que ya ha agotado las entradas para el Festival Música Sur, que se celebra desde hoy hasta el día 30. El certamen, que se puso en marcha hace tres años, en plena recesión económica, ha tenido que luchar especialmente por su supervivencia. Según el solista, miembro del Trío Arbós y director de orquesta, si algo bueno tiene la crisis es que hace aflorar buenos sentimientos, como la solidaridad, y la concienciación sobre el valor de la cultura, vehículo necesario para superar precisamente estos críticos tiempos y construir una sociedad más libre y abierta.

-Este encuentro ha podido resistir la voracidad de la crisis actual, no sin grandes dosis de dificultad, ¿no es cierto?

-En tiempos de crisis los recortes en presupuestos destinados a actividades culturales suelen ser drásticos e inmediatos. También los patrocinios privados. De alguna manera, no es lógico que si una empresa está despidiendo a sus trabajadores, patrocine al mismo tiempo una actividad que supuestamente no es vital para la subsistencia. El mundo de la música se resiente especialmente con esta situación y asistimos a la desaparición de numerosas temporadas de conciertos y de festivales.

-¿Ha sido especialmente complicado sacar esta edición adelante de Música Sur?

-Sí, ya que el festival se ha 'independizado' a través de la Asociación Música Sur y ya no tiene el sustento único de la Autoridad Portuaria. Hemos estado tentados en muchas ocasiones de tirar la toalla, sin embargo, el apoyo del público fiel al festival y la colaboración absoluta de los músicos, así como el apoyo del Ayuntamiento de Motril, el Ministerio de Cultura, y algunas empresas locales nos han proporcionado el ánimo y los medios para continuar. Creemos que, a pesar de la situación actual, es importante no dejar morir una iniciativa tan hermosa como ésta.

-Algunos vecinos de Motril han ofrecido sus hogares para prestarlos a los músicos como alojamiento.

-Afortunadamente contamos con algunos voluntarios que comprenden la importancia de fomentar y mantener iniciativas culturales de calidad en su ciudad y que para ello arriman el hombro dedicando su tiempo y esfuerzo a colaborar con el festival de diversas maneras. Sin ellos nada de esto sería posible. Este es el lado bueno de la crisis: El despertar de la solidaridad ciudadana y la concienciación sobre el valor y la necesidad de la cultura para lograr una sociedad más libre y más abierta.

-En esta edición por primera vez se cobrará entrada.

-La escasez de recursos económicos nos ha obligado a ello de manera definitiva este año. De todas formas se trata de entradas muy asequibles. Es importante también que la ciudadanía sepa valorar en su justa medida los conciertos que se le ofrecen y que contribuyan con su grano de arena a que todo esto sea posible.

-¿Qué novedades hay este año respecto al año anterior?

-Pasamos de cinco a seis conciertos, y se diversifican aún más los estilos musicales que se ofrecen: repertorio tradicional camerístico, música actual, un concierto 'multimedia', e incluso la participación en colaboración con los músicos del festival del prodigioso dúo cubano Gema y Pável.

-El certamen es cada vez más conocido dentro y fuera de la provincia de Granada, ¿ha notado una evolución en el público que se acerca a este festival?

-Yo mismo me sorprendo que con nuestros limitadísimos medios de promoción, el festival haya adquirido en tan poco tiempo un prestigio y un halo de calidad y buen hacer que se palpa a nivel nacional. Este año visitan el festival críticos de revistas especializadas muy prestigiosas, y hemos recibido numerosas peticiones de gente de fuera de la provincia que desea acudir al festival.