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"Con cada disco tienes que enamorar de nuevo a tu público"

  • l Manolo García arranca esta noche en el Palacio de Deportes de Granada la gira de su álbum 'Saldremos a la lluvia'. A las 22.00 horas. Entradas agotadas.Con la maquinaria musical en plena ebullición, Manolo García arranca esta noche en Granada la gira de 'Saldremos a la lluvia'

Ni el Disco de Platino que ha logrado en apenas las dos semanas de 'vida' en la calle de Saldremos a la lluvia (Sony BMG, 2008) ni las entradas agotadas para su debut en directo consiguen que Manolo García pierda el rumbo. "Todo lo bueno que le está pasando a este álbum es un estímulo y una ayuda moral para mí, para la banda y para toda la gente que trabaja en la gira, aunque no hay nada hecho. Con cada disco tienes que enamorar de nuevo a tu público, porque un músico no puede estar viviendo de las rentas ni de los antiguos éxitos", explicó ayer Manolo García durante un pequeño descanso entre los trepidantes ensayos que están protagonizando sus últimos cuatro días en Granada. La ciudad, que vuelve a ser la elegida para la arrancar una gira del ex líder de El Último de la Fila, le está devolviendo de momento toda su entrega: las entradas para el concierto de esta noche en el Palacio de Deportes prácticamente volaron de los puntos de venta y las colas de fans para asistir a las pruebas han sido una constante.

"El primer concierto de una gira nunca puede ser un ensayo. El público ha pagado una entrada por verte y tienes que demostrarle que estás fuerte y hacerlo en las condiciones más dignas de las que seas capaz", destacó Manolo García, quien también reconoció su debilidad por el Sur: "Granada siempre me ha dado muy buena onda. Me fascina la forma en la que la gente se toma la vida en el Sur, es un concepto más plácido, más relajado, más hedonista, en el mejor sentido de la palabra, con el cual me identifico plenamente".

De lo que se podrá ver en esta gira, García avanza poco. "Será un concierto largo en el que se podrán escuchar 8 ó 9 canciones del nuevo álbum junto a temas de toda mi trayectoria que versionaré. Siempre me resulta divertido retocar mi propia música y ver las nuevas imágenes que puede ofrecer. En el escenario hay una parte tecnológica importante, con un gran despliegue de luces y vatios, junto a otra más 'casposilla', de todo a cien, como la suelo llamar. Me gusta hacer del escenario un lugar estrambótico donde me sienta como en casa", adelantó.

En el medio centenar de conciertos que ofrecerá por toda la geografía española, Manolo García estará arropado en el escenario por Juan Carlos García a las percusiones, Charly Sardà a la batería, Íñigo Goldaracena al bajo, Eric de Wit, Osvi Grecco y Pedro Javier González a las guitarras, Nacho Lesko a los teclados y Olvido Lanza al violín. Además, y sólo para el debut de esta noche, el público podrá escuchar de cerca los arreglos con la lira de Stelios Petrakis, uno de los músicos cretenses que han colaborado en parte de la grabación del álbum y cuya aportación se notará en la "calidez de las sonoridades" de la noche.

Canciones como Pájaros de barro, Nunca el tiempo es perdido, Vendrán días o Somos levedad, pertenecientes a su etapa en solitario, sonarán junto a himnos ya clásicos como Insurrección, uno de los grandes culpables de hacer de El Último de la Fila uno de los mejores grupos del pop español de todos los tiempos y que poco a poco han ido construyendo la historia musical de Manolo García.

"Yo soy un músico vocacional. Desde pequeño, cuando me tocó una guitarra en una tómbola, tenía claro que quería dedicarme a hacer canciones. Trabajo la música como si fuera un corredor de fondo, poco a poco, porque creo que las cosas que te van pasando hay que cuidarlas y endulzarlas cada día. Soy consciente de la suerte que tengo por poder acercar mi música a la gente e intentar hacer que con ella sientan, sueñen, se rían y vuelen. Siempre he buscado existir, y con la música existo plenamente. Nunca he ejercido de famoso; yo soy un pastor, me va el monte y los labradores. Me gustan los pueblos, las tascas y la gente que juega al dominó", confesó entre risas.

El paso de los años, en cambio, no ha restado implicación ni compromiso con el mundo a Manolo García, quien sigue ejerciendo convencido de "escéptico participativo". Enemigo confeso de los teléfonos móviles y de todo cuanto resta 'intimidad' a las personas, el músico propone desde arriba y abajo del escenario la esperanza y el optimismo para que el mundo avance: "El progreso es estupendo, pero eso no implica dejar atrás cosas que siempre nos han importado. Si pierdo eso de vista no podría hacer canciones".

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