aNÁLISIS | dE LAS CRÓNICAS DE VIAJES A TWITTER

El futuro de 'Black Mirror' que ya es una realidad

  • Considerado un 'gurú' de todo lo que tiene que ver con nuevas tendencias en turismo, Fernando Gallardo vislumbra un futuro que parece un episodio de la serie

Es difícil fijar la fecha exacta en los pocos que tenían acceso a la escritura y la lectura dieron el salto de las crónicas históricas a la literatura de viajes, que no es más que una crónica pero de una experiencia muy personal. Dejando a un lado la narración de la vuelta a casa del guerrero descrita en La Odisea, se puede considerar que en el XIV y sobre todo el XV, se inicia un género que popularizaron los viajeros románticos y ha llegado hasta nuestros días. ¿Pero qué tienen que ver aquellos primeros relatos manuscritos con los textos llenos de hipertextos de blogs y de revistas de viajes que llegan a los móviles?

La aspiraciones humanas son las mismas, pero todo lo demás ha cambiado. Un analista de tendencias como Fernando Gallardo, considerado un auténtico gurú en el campo de la comunicación en el sector turístico, no cree que el periodismo de viajes esté en crisis sino el modelo de negocio. "No es un sector en crisis sino en auge, porque las historias están en auge. Puede que esté en crisis el periodismo como actividad laboral, porque se ha roto la exclusividad del profesional. Pero no ocurre sólo con el periodismo. El fenómeno último de la economía colaborativa explica muy bien lo que ha pasado con otras muchas profesiones".

blockchain

El analista explica que "en los estados modernos, la actividad pluridisciplinar que siempre hubo dio paso, con el capitalismo y su serialización, a gente muy especializada. Y ahora en cualquier actividad económica muy profesionalizada irrumpen una serie de personas que no son profesionales pero conducen un coche que transporta gente, ceden sus habitaciones para que se alojen otros... a la par que el taxista o el hotel. Se crea un mercado en el que compiten a la par las personas jurídicas y las físicas. Eso ha pasado con el periodismo de viajes y el periodismo en general", resume Gallardo sobre el panorama económico que afronta el sector.

Entonces, ¿cuál es el futuro de las tradicionales revistas de viajes? "Nada que cuente historias está llamado a desaparecer. Otra cosas es que las revistas profesionales no encuentren soportes publicitarios ni mercado suficiente para sobrevivir", adelanta el experto en comunicación, que empezó su andadura en la revista Viajar, quien apunta que "desde siempre, le ha parecido un fenómeno muy poco sostenible". "Yo empecé mi profesión en una revista de viajes pero hace cuarenta años ya de eso. No fue rentable y por eso se vendió a Zeta. La prueba es como cerró la revista Altair, porque no hubo ningún grupo que la apoyó. Lo que hay que plantearse es si son modelos rentables. Yo no lo creo". Sobre la pervivencia del papel. Lo tiene claro: "Desaparecerá". "Los modelos digitales sostenibles son globales. El futuro de una revista es que tenga cien millones de lectores".

Sobre "experimentos" como el del New York Times, asegura que no cree en ellos. "Ni en Filmin, por ejemplo, porque al final la información está por ahí. Si me mandan a una pasarela de pago, puedo mirarlo en otro diario. Y si no en Twitter", comenta Gallardo, para quien este tipo de fórmulas sólo son rentables para grandes medios globales por el enorme volumen de usuarios de sus plataformas. Es decir que la cantidad de millones de lectores de la edición digital explica que, si bien sólo una parte más o menos residual opta por suscribirse, la cifra de usuarios dispuestos a pagar alcance en la actualidad los 2,5 millones.

Pero este problema no es exclusivo del sector editorial pues en idéntica situación se encuentran la industria discográfica o la cinematográfica, que ven menguar sus beneficios mientras que las grandes empresas de tecnología los aumentan exponencialmente. "Es lógico, el modelo ha cambiado. Y vivir ahora de todo eso muy complicado. En el mundo digital la información no tiene valor porque es copiable y reproducible hasta el infinito. ¿Qué sentido tiene pagar por algo que es como el aire, que está en todas partes?. El cedé tiene un valor pequeño, pero todavía tienes que comprar el soporte, pero el digital no tiene nada de valor. Una canción te la puedes descargar gratis sin buscarla como un loco, está ahí, como el Everest. Apple lo que ofreció fue una plataforma visual, ergonómica... Pero una cosa es pagar por eso y otra por la canción".

Eso explica, según el analista, la tendencia a la concentración del mundo digital en dos o tres marcas. Y a veces una. "Son monopolios no de derecho, sino de facto, porque es el usuario el que monopoliza la oferta. Por ejemplo, los buscadores: antes había muchos y ahora se ha quedado sólo uno, Google. No hay ninguna mafia que haya organizado eso, son los propios usuarios que han decidido no usar otros peores si tienen acceso al mejor".

Eso se puede aplicar directamente a los medios. "Antes me tenía que conformar con el mejor periódico español, pero ahora tengo acceso al de Hong Kong si quiero. Al final habrá dos o tres empresas globales".

El experto cuenta que eso ocurre igual con los servicios. "¿Para qué voy a usar Seur, si tengo la mejor empresa de transporte, que es Amazon? Y cuando lo tangible se pueda digitalizar, ese proceso se extenderá a todo. Por ejemplo, puede ocurrir que sólo una marca de leche distribuya para todo el mundo".

Gallardo recuerda que ocurrió con las reservas de hoteles. "Yo elijo Booking, tú eliges Booking. Todos elegimos Booking. Es uno de los efectos de la globalización".

Un mundo regido por unas cuantas empresas monopolísticas, aunque sea libremente elegidas por los usuarios, pinta como un episodio de Black Mirror, una serie que curiosamente es de las favoritas de Fernando Gallardo. Seguidor de la Teoría de la Larga Cola, que popularizó Chris Anderson de la revista Wired y que explica modelos de negocio como Amazon o Netflix, el experto vislumbra un mundo así, pero sin la mirada pesimista de los guionistas de la serie. "Soy optimismta porque lo más disparatado siempre se ha conseguido. Por ejemplo, conquistar la luna era un disparate, generó mucha literatura con muchas miradas, algunas negativas, y ahora es tan posible, que la gente no le hace ni caso".

Blockchain es para Gallardo ese futuro. "Una tecnología que es muy disruptiva, que hoy en día casi no se entiende, pero que hay muchas posibilidades de que dentro de una década sea el segundo internet".

Reconoce que es difícil de entender y explicar. "Hoy en día navegamos por internet e intercambiamos información, no productos o servicios. Pero en el punto del pago, utilizamos una pasarela del pago". A partir de ahí el panorama cambiaría. En la próxima década, hoteles, restaurantes y comercios identificarán a sus clientes con una sencilla tecnología biométrica basada en el protocolo Blockchain. Se operará con criptomonedas como el bitcóin, permitirá avatares y ofrecerá las ventajas del canal directo, sin intermediarios ni comisiones. Para Gallardo, revolucionará la distribución de los productos turísticos.

Si el negocio no es igual y el usuario tampoco, ¿qué papel tendrá el escritor de literatura de viajes, sea en libros, revistas o Twitter? "Si el periodista ha perdido la exclusividad y cualquier persona puede informar, cualquier persona accede al estamento del poder, el que se consideraba el cuarto poder. Las personas en red se han empoderado y existe un empoderamiento del usuario y el consumidor y el ciudadano político", resume sobre el futuro de los periodistas.

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