La XXV edición del ParapandaFolk celebra este año su programa central entre el 31 de julio y el 2 de agosto en su tradicional ubicación del Patio del antiguo IES Diego de Siloé de Íllora, pero comienza sus actividades paralelas y sus trasnoches hoy mismo con una actuación en el Anfiteatro Municipal a cargo de la legendaria Ronda Segoviana, un formación con cerca de cuarenta años de historia que gracias al empeño de su principal impulsor, Pepe Diviú, ha rescatado una gran parte del legado musical de Castilla y ha insuflado vida a la labor de recuperación del folklore nacional.

-¿Qué fue lo que motivó la creación de la Ronda Segoviana?

-El motivo fue que un grupo de entusiastas del folclore coincidimos en la necesidad de crear un grupo que al estilo de las tradicionales rondas de mozos, reverdeciera los cantos de Castilla, estuviera presente en las fiestas de nuestros pueblos y llevara, cantando y divulgando las coplas segovianas y castellanas, allá donde se reclamara nuestra presencia. Con esta idea nació el 4 de septiembre de 1976, el grupo folclórico la Ronda Segoviana, el cual reunió a un grupo de jóvenes y menos jóvenes, que ante todo con ganas de divertirse de forma decidida lanzaron e impulsaron esta idea que día a día nos ha llevado a la realidad de hoy 40 años después.

-El repertorio les ha dado para toda una vida. ¿Lo han recogido ustedes o lo han adaptado de diversos musicólogos e investigadores?

-Al igual que el importante número de componentes, el repertorio de la Ronda Segoviana en todos estos años, es también muy considerable, estamos en condiciones de asegurar que hemos recogido mas de mil temas o canciones que han llegado a nosotros de las más variopintas formas y maneras, desde informantes directos en nuestros pueblos, respetando y conservando lo que nos transmitieron y nos enseñaron nuestros mayores, hasta temas facilitados por estudiosos y musicólogos de relieve, sin desde luego olvidar los importantes cancioneros que nos han mostrado la riqueza del folclore español. De entre ellos destaca el Cancionero de Castilla del Maestro Agapito Marazuela que ha sido y sigue siendo la fuente musical que nos ofrece lo mejor de nuestras músicas y ritmos castellanos y que a pesar de los años cada día nos descubre y nos sorprende con nuevas aportaciones.

-¿Qué diferencia el folklore castellano/segoviano del de otras latitudes?

-Si partimos de la base de que folclore es todo lo que rodea nuestra propia vida, las diferencias son mínimas, si nos centramos en las peculiaridades propias de cada zona es donde podemos encontrar diferencias que vienen determinadas por las peculiaridades propias de los paisanos de cada latitud, localidad o pueblo. Porque al final de todo, folclore es la expresión del pueblo y el pueblo en todos los lugares tiene sus formas de expresión, que partiendo de una misma raíz diversifica siempre las peculiaridades de esas particulares expresiones.

-¿Y hay algún un denominador común de Coruña a Almería y de Huelva a Portbou?

-El denominador común de todas nuestras músicas de norte a sur y de este a oeste es sin lugar a dudas reflejar la vida, es cantar al pueblo, es ser transmisor de un legado que nos han cedido nuestros mayores y que tenemos la obligación de llevar y enseñar a las generaciones venideras. Los temas y los ritmos musicales del folclore unen a hombres y mujeres, sean de donde sean y provengan de donde provengan.

-El 'wthatsapp', las 'tablets'... ¿Serán objeto de un cancionero popular del siglo XXI? ¿O se requiere un reconocimiento de mucho tiempo y las cosas de la técnica van demasiado rápido?

-Los nuevos elementos de comunicación sirven ante todo para divulgar y difundir, para hacer llegar a cualquier extremo del planeta lo que se hace en el extremo más distante. Nunca hay que tener ningún miedo ni a los elementos de nuestro siglo XXI ni a las nuevas técnicas. Sin lugar a dudas todo ello va a contribuir a dar más vida, o mejor dicho, a dar nueva vida a nuestro folclore y nuestras músicas populares y tradicionales. Tradición y modernidad nunca deben estar reñidas, hay que hacer siempre un equilibrado uso de ellas para encontrar el punto ideal, el verdadero fiel de la balanza de nuestro folklore.