producción audiovisual

El milagro del cine y la magia de Van Gogh

  • El éxito de 'Loving Vincent' desborda las previsiones del FIJR, que programó dos pases más y planea un cuarto dentro del Festival

Cuando una hora antes se abría la taquilla del Centro Lorca para la compra de las entradas, la cola ya llegaba hasta la calle San Jerónimo. Tal fue el éxito de la proyección el pasado jueves de la cinta de animación Loving Vincent, que el Festival Internacional de Jóvenes Realizadores (FIJR), responsable de que la película haya podido verse en Granada, reaccionó rápidamente programando dos pases más: uno para el pasado sábado por la tarde y otro para el domingo por la mañana. Ni siquiera el frío del febrero granadino había impedido a los miles de interesados esperar a las puertas del edificio de Romanilla durante más de dos horas para verla. Ese fue el primer milagro del cine esa tarde, la expectación ante una cinta con tan poca publicidad, porque el segundo fue la propia película.

Loving Vincent, nominada al Oscar a mejor largometraje de animación entre otros muchos premios, es una maravilla de la animación que bien merecía ese esfuerzo: se trata de un homenaje a Van Gogh en el que cada fotograma es un cuadro pintado al óleo: 80 minutos, 56.800 fotogramas realizados por un equipo de pintores de todo el mundo durante varios años sobre lo que se había filmado con actores reales. Y un guión que no desmerece el alarde técnico.

"Esto demuestra que hay público para este otro tipo de cintas", comenta José Luis Chacón

Y es que la principal rareza de Loving Vincent es que fue rodada en un principio como una película normal con actores como Saoirse Ronan, una de las intérpretes más de moda, también nominada a un Oscar este año por la cinta Lady Bird. Junto a ella, Douglas Booth, Robert Gulaczyk, Jerome Flynn, John Sessions, Helen McCrory, Aidan Turner, Eleanor Tomlinson, James Greene y Chris O'Dowd protagonizan este trabajo. Posteriormente fue pintada a mano en lienzos fotograma a fotograma tal y como lo hubiese pintado el propio Van Gogh. El resultado final es la interpretación de los actores representando los famosos cuadros de Van Gogh.

Pero la cinta no es sólo un alarde técnico: además de dar vida a los cuadros del artista recorre la misteriosa existencia del pintor a través de las cartas que con frecuencia escribía a su hermano Theo. Porque Loving Vincent no es sólo es una rendida declaración de admiración de los dos directores, Dorota Kobiela y Hugh Welchman, también convierte la figura trágica del creador en objeto de una investigación sobre las causas verdaderas de su muerte y su estado de ánimo en sus últimos días, rodeada de un paisaje y unos personajes reconocibles por sus cuadros. El punto de arranque de la narración es una última carta de Vang Gogh a su hermano pequeño que, fallecidos ya los dos, un cartero joven intenta hacer llegar al destinatario más apropiado.

Loving Vincent se estrenó de la mano del FIJR en su apuesta por extenderse al resto del año con sesiones mensuales de estrenos inéditos en la ciudad. Sólo en el grupo de Facebook para anunciar la convocatoria del primer pase más de mil personas confirmaron su asistencia, a pesar de que el aforo de la sala ronda las 300 plazas en función de la visibilidad del espectáculo. "En total, más de 900 personas han pasado por las tres proyecciones de Loving Vincent. El aforo estaba lleno todos los días y se ha quedado gente sin poder llegar a verlo, por lo que habrá un cuarto pase ya dentro de las proyecciones del festival", comentaba ayer José Luis Chacón, director del encuentro de jóvenes realizadores, cuya cita es del 17 al 22 de abril.

El mismo viernes la organización pidió disculpas a todas aquellas personas que hicieron cola y no pudieron entrar a la sesión, "la expectación y el interés fueron desbordantes", explicaron en una nota de prensa. El equipo trabajó desde el jueves sin descanso para responder a la demanda del público granadino, a quien agradeció su comprensión. "Me parece un fenómeno curioso porque mucha gente conocía esta cinta que aquí casi no ha tenido publicidad. Las instituciones tenemos que tratar de completar los huecos de la programación comercial. Esto demuestra que hay público para este otro tipo de cintas porque hay mucha gente que ha hecho un esfuerzo para verla", comentaba Chacón.

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