Los rockeros se jubilan del escenario cuando les viene en gana y no cuando lo decide el Gobierno. Miguel Ríos comienza a hacerlo esta noche en Granada (22.30 horas) y en lugar de la tradicional placa y el discursito ha preparado un concierto para la historia en el que contará con amigos de la carretera como Amaral, Ana Belén, Rosendo, Loquillo, Pereza, José Ignacio Lapido, Manolo García, Carlos Tarque (M-Clan) y su propia hija, Lúa Ríos. Con ellos estuvo ayer en la Alhambra para hacerse la foto de familia antes de la actuación. Dicharachero y ejerciendo de perfecto anfitrión se dejó querer por sus compañeros de profesión y de escenario. De hecho, con Ana Belén ya disfrutó de un lleno clamoroso en el Palacio de Deportes en 1996 con la gira El gusto es nuestro junto a Víctor Manuel y Joan Manuel Serrat, donde Miguel Ríos ponía el rock and roll y el 'ímpetu juvenil'.

El cantante granadino lleva toda la semana 'encerrado' en el Palacio de Deportes preparando con sus músicos su gira Bye Bye Ríos: rock hasta el final que recalará también en Valencia, Madrid, A Coruña, Barcelona y Santander. Pero el primer 'bye bye' lo entonará esta noche y mañana en su ciudad natal con las entradas vendidas desde hace días. Cerca de 18.000 personas para despedir a Miguel Ríos tras 50 años de impostura que recopila en canciones como Memorias de la carretera, con la que abrirá el concierto. Después llegará Bienvenidos y todos los éxitos que sistemáticamente ha ido colocando en las listas de más vendidos como Generación límite, Santa Lucía, Vivo en la carretera, el esencial Himno de la alegría -"del tito Beethoven"- o El blues de la soledad, la canción preferida de Joaquín Sabina. En su último combate en Granada tiene preparado un golpe directo al corazón, un concierto para competir en la memoria sentimental de sus fans con el que ofreció en 1983 en el antiguo campo de Los Cármenes con la gira Rock and Ríos, anticipándose en el título al posterior Rock in Río. Después ha seguido pisando con regularidad los escenarios de Granada aunque ha solido decantarse por el Palacio de Congresos, conciertos más íntimos como el que ofreció junto a la Big Band (1998), acompañado de la Orquesta Ciudad de Granada (1999) o la gira Miguel Ríos y las estrellas del rock latino (2001) en la que contó con la presencia multimedia de artistas como Manolo García. Otro momento de idilio entre el artista y su ciudad llegó en el Zaidín Rock de 2005, cuando miles de granadinos aguantaron hasta las dos de la madrugada para ver en directo al atleta nocturno del rock. Pero también ha ejercido de amigo incondicional en conciertos ajenos y no dudó en subirse al escenario junto a Sabina y Serrat en la gira Dos pájaros de un tiro de 2007.

La gira Bye Bye Ríos: rock hasta el final, con un total de 50.000 entradas vendidas, le llevará el 30 de octubre al Pabellón Fuente de San Luis de Valencia; el 4 de noviembre al Sant Jordi Club de Barcelona y sólo dos días después al Palacio de Deportes de Madrid, donde también ofrecerá un espectáculo al día siguiente. Ha sumado recientemente las citas de A Coruña (20 de noviembre) y Santander (4 de diciembre). Por otro lado, Ríos promociona con esta gira la conmemoración en 2013 del Milenio de la Fundación del Reino de Granada por toda España, "encantado" de ser el embajador del Milenio fuera de Granada y con el deseo de poder saldar de este modo la deuda que, de alguna manera, tiene con la ciudad desde que "huyera" de ella en los años sesenta ante la imposibilidad de crecer artísticamente y como "ser humano. "Era una ciudad que revoloteaba en el sopor histórico en el que estaba inmersa, aunque he procurado minimizar sus defectos fuera y no contar sus miserias", dijo hace unos días.

Por su parte, la consejera de Presidencia y presidenta del consorcio del Milenio, Mar Moreno, sentenció en el mismo acto: "Queremos que Miguel Ríos sea milenario". El cantante, quizás abrumado ante la perspectiva, prefiere decir ahora adiós. En 2113 quién sabe qué hará..