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La viuda de Ayala, nueva presidenta de la Fundación

  • Carolyn Richmond, muy emocionada, asistió ayer a la primera reunión del patronato, en el que se aprobó un presupuesto de 265.000 euros para actividades

El Patronato de la Fundación Francisco Ayala, reunido ayer por primera vez tras la muerte del escritor granadino, el pasado 3 de noviembre, a la edad de 103 años, decidió ayer mantener para el año 2010 un presupuesto de 265.100 euros, prácticamente idéntico al de 2009, y un plan de actuaciones que incluye la formación de una biblioteca especializada que, a partir de este próximo año, formará para de la Red de Centro de Documentación y Bibliotecas Especializadas de Andalucía.

En un acto en el que estuvieron presentes la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Torres, el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, el presidente de la Diputación, Antonio Martínez Caler, el rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, y la viuda del escritor, Carolyn Richmond, nueva presidenta de honor de la fundación, el patronato acordó que comiencen a aparecer en 2010 los primeros títulos de una colección de publicaciones de la fundación coeditada con la Universidad de Granada y la divulgación de tres documentales producidos por la fundación y el Ministerio de Cultura en los que diferentes amigos de Ayala dan testimonio de su figura.

Otras de las iniciativas que se pondrán en práctica el próximo año son la celebración, el 16 de marzo, de una fiesta con niños con motivo de la fecha de nacimiento de Francisco Ayala y de un encuentro entre nuevos investigadores, el 3 de noviembre, coincidiendo con el día de su muerte.

Tras la reunión del patronato, la consejera de Cultura, Rosa Torres, manifestó que los integrantes de la fundación han sido "privilegiados cómplices" de los deseos de Ayala, y van a continuar "haciendo posibles tales deseos". "Vamos a vivir a partir de ahora", dijo en referencia al escritor, "sin nostalgia, pero con alegría".

Luego intervino Carolyn Richmond quien, visiblemente emocionada, recordó como para ella la figura de Ayala comenzó siendo la de un profesor que le infundía muchísimo respecto y terminó siendo un cómplice tanto sentimental como intelectual. En una pequeña alocución titulada Francisco, mi marido; Ayala, el escritor, la nueva presidenta de honor de la fundación fue evocando sus recuerdos junto al escritor desde los años setenta, en que lo conoció, hasta el año 1999, en que decidieron casarse, y expresó su deseo de poder evocar, "a través de la magia de las palabras" todos esos recuerdos en un futuro.

El acto concluyó con una visita al pequeño jardín de naranjos en el que ha sido plantado un limonero cuyas raíces cobijan desde el pasado martes las cenizas del escritor granadino.

Investigación

Por otra parte, la literatura de Ayala en la novela El fondo del vaso refleja que la violencia hacia la mujer se da tanto en las clases acomodadas como en las desfavorecidas. Así se desprende del trabajo de investigación titulado Entre la estupidez y el honor: La violencia en 'El fondo del vaso' de Francisco Ayala, realizado por la profesora Alana Gómez Gray, y publicado en la revista Sociocriticism, de la UGR, que dirige el profesor Antonio Chicharro Chamorro.

Alana Gómez Gray recoge en su trabajo de investigación que los dos personajes femeninos de la novela de Ayala, representativos tanto de clases acomodadas como de menos favorecidas, reciben con naturalidad los malos tratos. "Esto deja claro", afirma la investigadora, "que por muy acelerados que vayan los cambios tecnológicos, en el ámbito privado se presentan situaciones desafortunadas que no se modifican con el paso del tiempo". El fondo del vaso, novela escrita por Francisco Ayala cuando vivía en Estados Unidos, fue publicada por primera vez en Argentina en 1962. Era "una época llena de avances y de modernidad", dice Alana Gómez Gray, "pero también con su lado lejano de los reflectores, donde no había grandes cambios y sí daño a las mujeres a todo lo largo y ancho del mundo, independientemente de los niveles educativos y sin distinción de clases. La violencia era parte de la vida cotidiana de las mujeres de los años sesenta del siglo XX como en los siglos anteriores".

El fondo del vaso trata de la desgracia del comerciante José Lino Ruiz, un sujeto de clase media que maltrata tanto a su esposa como a una empleada con la que mantiene relaciones amorosas. A las dos las engaña y contra las dos ejerce su violencia.

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