PASADO mañana, jueves, se sabrá qué proyectos universitarios recibirán la distinción de Campus de Excelencia Internacional (CEI) que otorga el Ministerio de Educación. La Universidad de Granada compite por segundo año consecutivo en busca de un marchamo de calidad que le sirva de tarjeta nacional e internacional de presentación y para acceder a generosas ayudas para desarrollar su enorme potencial. Después de la decepción del año pasado, la Universidad ha optado por reforzar el plan estratégico Biotic-Granada con el apoyo del Centro Superior de Investigaciones Científicas y el Parque Tecnológico de la Salud para alcanzar una dimensión tanto académica como empresarial y científica. Otros cien institutos han apoyado mediante convenios la apuesta de Granada. La suma de esfuerzos en torno al Biotic-Granada supondría la creación de una cantera de empresas especializadas y de investigación sin precedentes, ubicadas en 1,2 millones de metros cuadrados construidos y con 9.000 puestos de trabajo. Es mucho, pues, lo que se juega Granada si logra convencer al jurado y obtiene el campus de excelencia. Pero pecaríamos de ingenuidad si pensáramos que todo está hecho y que la Universidad, sólo por su prestigio e historia, logrará imponerse con facilidad. La lucha será difícil. Mientras Granada se juega a solas la consecución del campus de excelencia, las universidades de Málaga y Sevilla han optado por unir fuerzas y crear un eje común, denominado Andalucía Tech, que se centrará en la promoción de investigaciones en sectores estratégicos como al aeroespacial, la biotecnología, la energía y medio ambiente, el turismo y la comunicación, entre otros. Las cifras que manejan, 140 millones de euros y 3.000 investigadores, dan idea de su alcance. Se trata de un proyecto respetable pero que en ningún caso, como se ha dicho, representa por sí mismo y en exclusiva la "vertebración de Andalucía" en torno a la ciencia y el desarrollo. El jueves saldremos de dudas y conoceremos el resultado. Si Granada gana, bien y si no las ilusiones y la satisfacción por el trabajo bien hecho deben permanecer en alto.