La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

De Chaves a Évole, de Goebbels a Ternera

Évole sobre el asesino: “No puedo tener una opinión muy formada sobre una persona a la que prácticamente no conozco”

En 1933 Manuel Chaves Nogales viajó a la Alemania nazi y la Italia fascista para escribir los reportajes publicados en Ahora entre el 14 y el 28 de mayo de ese año bajo el título genérico de Cómo se vive en los países de régimen fascista. Le acarrearon algún disgusto con su editor (no se publicaron los de la Italia fascista) y algo mucho más grave: su incorporación a la lista negra de enemigos del Tercer Reich que, siete años después, en junio de 1940, le obligó a huir a Inglaterra desde su exilio en París donde, no se olvide, se había refugiado a finales de 1936 porque en España “había contraído méritos bastantes para haber sido fusilado por los unos y por los otros” y “tanto o más miedo tenía a la barbarie de los moros, los bandidos del Tercio y los asesinos de la Falange, que a la de los analfabetos anarquistas o comunistas”.

Los nazis nunca olvidaron aquellos valientes reportajes de 1933 en los que, con una clarividente lucidez basada en su asombrosa capacidad de observación y análisis, preveía, solo cuatro meses después de la llegada de Hitler al poder, los horrores futuros (“Ya nada puede detener la avalancha… Hitler va a cumplir sus promesas de extirpación de los judíos... Alemania quiere la guerra, la hará en cuanto pueda, podrá hacerla muy pronto”) y sobre todo su entrevista a Goebbels, publicada el 21 de mayo de 1933 con el título ¿Habrá fascismo en España? Habla el lugarteniente de Hitler, doctor Goebbels. Cuenta Chaves que le impusieron que el ministro solo contestaría tres preguntas cuyas respuestas debían publicarse textualmente, sin comentarios ni interpretaciones. “Así lo prometí y así lo cumplo –escribió–. Permítaseme, sin embargo, decir a mis lectores quien es este doctor Goebbels”. Y lo hizo, vaya si lo hizo: “Es un tipo ridículo, grotesco, (…), enconado, duro, implacable, (…) de una sola idea encarnizada… El azote de los judíos… Es de esa estirpe dura de los sectarios, de los hombres votados a un ideal con el cual fusilan a su padre si se les pone por delante”.

Esta es, no la única diferencia entre ambos, por supuesto, pero sí la más abismal distancia ética que separa a Chaves Nogales del Évole que ha dicho sobre el asesino que ha entrevistado: “No puedo tener una opinión personal muy formada sobre una persona a la que prácticamente no conozco”. Por lo visto no le bastan sus muchas víctimas, entre ellas los niños de la casa cuartel de Zaragoza.

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