Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

'Clase visa', 'clase ikea'

AHORA que tenemos la Navidad a la vuelta de la esquina, los expertos económicos nos auguran que va a ser la peor de los últimos años y la cuesta de enero, la más empinada desde tiempo inmemorial. Con la subida del pan, la leche, el petróleo y probablemente el agua y la luz, tirar la casa por la ventana va a ser cosa sólo de ricos y renunciar a un nuevo móvil, a un buen traje o a la tele de plasma estará a la orden del día en estas señaladas fechas. Pero si usted quiere saber si forma parte de esta nueva clase media-pobre sobrevenida por la crisis, mejor llamada 'clase visa' o 'clase ikea', sólo debe comprobar si reúne los siguientes requisitos.

Primero, contar los meses de manera preocupante no por días transcurridos sino por los que faltan para llegar a final de mes y así poder cobrar la ansiada siguiente nómina.

Segundo, tirar de la tarjeta de crédito de manera instintiva para comprar menos y religiosamente lo más barato, obviando la calidad. Las tiendas buenas pasaron a mejor vida. Pagando de este modo, se deja algo en la cuenta para hacer frente a lo principal, la hipoteca y los préstamos ya adquiridos, y se aplazan los pagos para intentar acabar el mes sin números rojos.

Tercero, al utilizar la visa de manera usual, la deuda para finales de mes va siendo cada vez más y más cuantiosa y, al engordar la bola de deudas, no hay más remedio que pedir más préstamos personales, con lo que el asfixie puede llevar a la ruina, pan para hoy y hambre para mañana. No en vano, actualmente el 27% del pasivo de los hogares corresponde a créditos al consumo, que en el último año han subido un 17% y superan, por vez primera, los 90.000 millones de euros. Además, cada vez se acude más a reunificadoras de deudas y a créditos 'exprés', algunos rayando la usura, con lo que el problema se agrava aún más.

En fin, que si tiempo ha la tarjeta visa era un lujo, preciado dinero de plástico ofrecido por los bancos a sus mejores clientes, actualmente se ha convertido en la única forma de pago para quienes sufren serios aprietos en su economía doméstica, aquellos que no tienen unos ingresos lo suficientemente bajos como para disfrutar de ciertas gratuidades, ni lo suficientemente altos como para vivir sin preocuparse por esta aguda crisis. No olvidemos que, con el mismo dinero que hace un año, ahora se compra un 30% o un 40 % menos.

Crisis que se prevé más aguda aún para los meses de febrero, marzo y abril, cuando el coste real del aumento de tipos de interés se repercuta realmente en los consumidores. Por lo que háganse el cuerpo ya esta Navidad, porque lo peor aún está por llegar.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios