Quousque tamdem

Luis Chacón

luisgchaconmartin@gmail.com

Coblenza

Roth y Zweig son la voz de la conciencia de la Europa Libre. Leerlos es comprender las similitudes con aquellos años

Cada día es más recomendable releer a Stefan Zweig y a Joseph Roth. Ambos cuentan con elegancia y maestría historias extraordinarias llenas de personajes complejos. Y lejos de los mamotretos de moda, lo hacen en un puñado de páginas en las que ni sobra un punto, ni falta una coma. Personifican la nostalgia de un pasado imperfecto y amable que cayó con la I Guerra Mundial y que añoraban como súbditos del Imperio Austrohúngaro, símbolo de una Europa en la que convivían diversas religiones y culturas, con tensiones pero sin enfrentamientos, en un ejercicio perfecto de equilibrio inestable. Judíos y cultos, fueron blanco del terror nazi. Críticos, independientes y libres, contaron lo que vieron en sus respectivas visitas a la Rusia soviética, lo que les hizo sospechosos para la izquierda, entonces deslumbrada con el ideal comunista.

Zweig, un vienés culto y refinado, siempre confió en el triunfo del humanismo y en la sensatez de sus conciudadanos y hasta el último momento rechazó que el populismo hitleriano pudiera triunfar en patria de Goethe. Roth, que procedía del campo, mucho más desconfiado y pesimista, anticipó con claridad meridiana como esa panda de mierdecillas y asesinos, como llamaba a los nazis, asolaría Europa. Las obras de ambos estaban entre las que ardieron aquel terrible 10 de mayo de 1933 en la plaza de la Ópera de Berlín. Los dos hubieron de huir y murieron en el exilio. Leerlos es comprender cuantas similitudes empieza a haber entre aquellos años y estos. El remanso de paz y libertad en que la UE ha convertido a Europa peligra si seguimos a quienes recurren a las tripas más que a la razón y quieren revivir los nacionalismos excluyentes, el proteccionismo económico y el rechazo a las libertades. Todo ello a favor de una inefable pureza europea que recuerda demasiado a otras trágicas purezas de nuestra historia. Desde Roma, Europa es grande cuando está unida. Roth y Zweig son la voz de la conciencia de la Europa Libre.

Encabezada por Le Pen, la Derecha Alternativa, el fascismo europeo del siglo XXI, ha rememorado la cumbre de Montreux de 1934 y se ha reunido en Coblenza para aunar fuerzas y prometernos un paraíso populista de desfiles y banderas. La comparsa española de entonces fue la recién nacida Falange y la de hoy ha sido VOX, ese partido escindido del PP que demuestra que en España ya no estamos tan vacunados contra la extrema derecha como creíamos.

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