LA semana que viene a estas horas aún tendremos lágrimas en los ojos, de tristeza o de emoción, todavía nos durara la resaca por la celebración o el bajón por la oportunidad perdida. ¿Hubo suerte con el rival? El Elche es peor equipo que el Valladolid en lo futbolístico pero domina mucho mejor otros campos, como vimos hace solo unas semanas en Los Cármenes y se ha comprobado en su eliminatoria ante los pucelanos. Eso no debe asustar al Granada. Como ocurrió ante los gallegos, si el equipo rojiblanco está a su mejor nivel en el cruce final, si sus mejores jugadores demuestran su valía, Messi y Cristiano pisarán Granada dentro de muy poco tiempo. Qué fuerte suena.

Insisto en que a Fabri no le importa nada jugar la ida en casa. A mí tampoco. Este orden de partidos da al Granada una doble oportunidad de sentenciar el ascenso. Veo al equipo tan superior a su rival que si tiene mañana un buen día puede dejar el cruce casi liquidado, no creo al Elche capaz de ganar en Los Cármenes y, además, si todo se decidiera en la vuelta, los rojiblancos son capaces de sobra de vencer en el Martínez Valero, un campo donde el público aprieta lo justo y las gradas están a una distancia prudencial del verde, por lo que la presión será menor que la que haya en el césped, donde no faltarán las marrullería, el juego sucio y las malas artes que emplea el Elche.

El partido del pasado sábado merece, como poco, una semana de disfrute y no estar pensando ya en otro enfrentamiento. Fue un choque que pasará a la historia del granadinismo. Desprende tanta emoción lo vivido in situ desde las seis de la tarde hasta la madrugada como el apoyo recibido desde todos los rincones de España o cómo el Granada CF recobra, décadas después, protagonismo informativo nacional en teles, radios y periódicos. Y lo mejor igual está aún por llegar.