DECIR Festival en Granada es hacer referencia al Internacional de Música y Danza que anoche inauguró su 58 edición con la voz de Edita Gruberova, una de las cantantes más interesantes de los últimos tiempos. Un evento que no podemos tachar de elitista porque entre los conciertos matinales y los que se inscriben dentro del FEX, superan el centenar programados bajo la etiqueta de la gratuidad, lo que no quiere decir que se baje la calidad de los mismos, ya que hay ofertas de gran interés, muchas de ellas internacionales, en su afán por llevar la música, la danza y la cultura a todos, no sólo a la capital, sino a la provincia. Por otra parte, los precios de los espectáculos claves son moderados: Los más caros, para la ópera Carmen, en versión de concierto, desde 75 a 15 euros. Seguramente habrá costado más asistir a las corridas de toros del Corpus.

Pero, en fin, lo importante para mí, como siempre, es la calidad y la trascendencia de un Festival. He luchado reivindicando traer siempre lo mejor. Unas veces ha sido posible -Karajan, Mehta, Celibidache, Solti, Maazel, Mawrinsky, Boulez, Kempff, Rubinstein, Richter, Jessye Norman, Fonteyn, Nureyev, Maurice Béjart, Martha Graham y un largísimo etcétera- y otras, no. Pero el Festival gravita no sólo en grandes nombres y conjuntos, sino en programas renovados, espacios nuevos, estrenos -¡cuánto han dado de interés compositores nuestros como García Román, Juan Alfonso García, Guerrero, Castillo- y un sello propio que cada año hay que incluir, desde las referencias a Falla, García Lorca, Ganivet, al flamenco, en la voz y en el baile.

Claro que todos esperamos a las grandes estrellas y conjuntos que todavía no han pasado por el Festival granadino. Por eso, estimulando y aplaudiendo los sellos de imaginación y de ofertas programáticas de la actual dirección, pediremos siempre el mayor aporte institucional para que el Festival pueda competir con los otros europeos de la asociación a la que pertenece y pueda atraer a públicos cada vez más diversos y mayoritarios. El turismo cultural y musical no es asunto baladí. Tiempo tendremos de analizar esta edición, pero a la hora de su inicio hay que solicitar, lo que siempre he pedido: mayor esfuerzo presupuestario, mayor colaboración de todos para justificar nuestro nivel de exigencia, sin el cual el certamen, estoy seguro, no hubiese llegado hasta donde ha llegado, a sus 58 años, donde se ha apropiado para sí, por derecho propio, el nombre de Festival, cuando se habla de Granada. Por algo sigue siendo su más importante e internacional oferta cultural. Y ese primerísimo lugar exige cada vez más esfuerzo y más dinero para mantenerlo, incluso en tiempos de crisis. Véase presupuestos del resto de los competidores nacionales y europeos.