KO en el municipio

El gobierno de Paco Cuenca, además de no saber, no tiene ideas y sólo sabe pedir la hora con insistencia

No me gusta que las instituciones, sean locales, provinciales, regionales o nacionales, suplanten el verdadero estrellato que corresponde a las personas. En una sociedad verdaderamente libre, las instituciones han de estar al servicio de la ciudadanía y su razón de existir no debiera de ser otra que el préstamo de aquellos servicios que, por su especial complejidad, por su alto coste -aún reconociéndose su necesidad- se comprenda la conveniencia de que estos servicios deban de ser coordinados y controlados para que su efectividad sea real y sus costes adecuados y ajustados a ley y a mercado. Esto, lo sé, es liberalismo puro. Si es pecado, no me arrepiento en absoluto.

No obstante lo dicho hasta ahora, el Ayuntamiento, nuestro Ayuntamiento de Granada, siempre se ha distinguido -como casi todos- en ser una suerte de abanderado de diversas actividades que singularizan a la ciudad, que la diferencian de otras y la dimensionan en determinados aspectos, imprimiéndole así su propia personalidad. Debiera ser, pues, nuestro consistorio, especial lugar de encuentro donde se han de sumar las ideas y los liderazgos necesarios para que la vida de Granada fluya, ilusionada, hacia metas de vida, de forma que se dinamice la propia ciudad, la propia ciudadanía.

Sin embargo, desde hace meses, nuestro Ayuntamiento parece que entró en una fase lineal insistente, que denota la planicie del mundo de las ideas que por el palacio de la Plaza del Carmen campea. ¿Será sólo eso, sólo por el municipio es donde las buenas ideas se extrañan? No hay nada de nuevo. El virus del aburrimiento, del tedio, de la inoperatividad, el virus de la inacción y de la inconsistencia se está apoderando -quizá ya se ha apoderado- inopinadamente del gobierno local habiéndolo dejado KO técnico.

Sí, tenemos un gobierno municipal tendido en la lona, tras agarrase insistentemente al adversario, mientras, el árbitro insiste continuamente en que se separen y prosigan el encuentro.

Sólo saben aducir, gritar a veces con infantil angustia, que no hay dinero. Pero esa no es la verdad. Lo cierto es que el gobierno municipal de Paco Cuenca, además de no saber, no tiene ideas y sólo sabe pedir la hora con insistencia. ¿O no?

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