público y privado

María Escudero

Libros y viajes

LOS viajes y los libros siempre me hacen sentir lo mismo. Hasta que fui mayor y pude viajar en sentido estricto, solo lo había hecho a través de los libros.

Más tarde descubrí que Emily Dickinson decía: "Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro". He leído desde muy pronto sin orientación, y siempre sin censura, y esas lecturas a destiempo e incluso a veces prematuras han influido de forma determinante en mi manera de ser.

Fueron los libros los que me hacían viajar, conocer esas ciudades y países a los que no podía ir físicamente, lugares que yo conocía antes de visitar y que han formado parte de mi vida aunque nunca había estado en ellos, hasta tal punto te pertenecen que cuando por fin los conoces crees que formas parte de ellos, que han sido escenarios de tu propia vida aunque nunca antes habías estado allí.

Así me sentí en Washington Square porque ya Henry James y Edith Wharton me habían paseado por Nueva York con sus personajes; cuando fui a El Cairo reconocí los callejones de los milagros de Naguib Mahfuz ; la Sicilia que conozco ya me la había enseñado Leonardo Sciacia y la miré a través de lo referido en las novelas de Simonetta Agnello Hornby.; a Estambul siempre lo veré con los ojos de Orham Pamuk, y cuando estuve en la Villa Adriana me acompañó en la visita Marguerite Yourcenar.

Cuando lees, como cuando viajas, una especie de excitación se apodera de ti, porque inicias un camino, un descubrimiento, un aprendizaje en definitiva que sabes que de una forma u otra te traerá un cambio, nunca serás el mismo después de hacer un viaje , ni tras leer un libro.

Seguramente poco haya mas genuinamente humano que esa curiosidad por conocer otros mundos, otras historias, otras vidas, quizás por eso ese deseo de viajar, esa necesidad de leer para mirarnos en los otros, para ver qué de parecido hay en el otro o en lo otro y sobre todo, qué reconocemos como igual , qué es aquello que compartimos.

Mis viajes de este verano, las vacaciones son propicias , han sido a la Rusia tras los zares y al Madrid de los Austrias a través de las relecturas de Ana Karenina y Fortunata y Jacinta, y he podido navegar por los mares acompañando a Maqroll el Gaviero, para después sumergirme de nuevo en esta doble pasión de la lectura y los viajes con un regalo de Antonio Tabucchi Viajes y más viaje que no ha hecho más que despertar mis ansias de ir a Creta, a Australia , a las Azores…

Ahora estoy en Budapest donde ya hace mucho tiempo me invitó Sandor Marai

"La vida es lo que hacemos de ella. Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos sino lo que somos" (Fernando Pessoa).

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