Quousque tamdem

Luis Chacón

luisgchaconmartin@gmail.com

Pavana para una ciudad...

Granada no está muerta. Quizá sólo esté dormida. Pero agoniza mirando a la Alhambra como una vieja dama que añora, en un jardín añoso, entre el perfume renacido del jazmín, los lejanos días de una juventud perdida en un borroso recuerdo. Ya no creo que nadie se inspire en sus rincones recoletos para llenar de versos sus cuadernos. Casi preferiríamos desmentir a Icaza y ser ciegos para no ver la suciedad de algunas calles, las plazas colonizadas por los bares y las pintadas que la afean hasta provocar náuseas y un profundo asco.

Granada no está muerta. Cuentan que somos la ciudad de la cultura. ¿Quién lo puede dudar? Dedicamos un centro a García Lorca y no hay en él, ni una edición en rústica de su obra. Y en el Teatro de la Ópera podríamos disfrutar de alguna representación al aire libre de La Flauta Mágica. Nos ahorraríamos los decorados. Quizá para 2031. Quizá.

Granada no está muerta. Dicen en la Plaza del Carmen que somos un referente turístico mundial. No para el alcalde de recoger premios de internet. Ni los granadinos de cruzarse el sábado con pandillas de mamarrachos que celebran -es un decir- casposas despedidas de soltero. La Alhambra es como el Taj Mahal, todo el mundo los reconoce. Pero no siempre saben en qué ciudad están. Al fin y al cabo, defendemos tanto nuestra historia que en el Albaicín no cabe una tetería más. Teterías nazaríes, dicen. Y eso que el té llegó a Europa a principios del XVII, un siglo después de que Boabdil se rindiera a los Reyes Católicos. Claro que hay quien niega esa rendición y desprecia la enorme riqueza cristiana y renacentista de una ciudad que también fue romana, visigoda o bizantina. Pero parece que sólo fue nazarí, que bien mirado, es como ser borbónica, pero en la Edad Media.

Granada no está muerta. A veces resopla. Aunque un lado lo haga por la tardanza del metro y el de enfrente por la ausencia del tren, mientras el LAC sigue dando vueltas como un tiovivo. Y entre tanto ir y venir de transportes virtuales, recuerdo el epigrama del oficinista que parece que el genio surrealista de Tip escribiera para nosotros: El tranvía no llegaba,/el autobús no paró,/el AVE no funcionaba.../Y el jefe me despidió.

Granada no está muerta. Pero si catatónica. ¿O no muestra rigidez muscular y estupor mental? ¿Alguien sabe qué proyecto de futuro nos ofrecen como ciudad? ¿Existe alguno?

Granada no está muerta. Pero ya es oficial que está arruinada.

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