Partiendo de la ineludible premisa de que el racismo es una lacra que hay que combatir, también opino que Vinicius es un pesado. A partir de ahí se comprende la hostilidad de las gradas con el extraordinario jugador del Real Madrid. Casi nada de lo que le ocurre a él lo sufre el resto de futbolistas negros que defienden la misma camiseta, ergo algo habrá de poner de su parte Vinicius para que sufra lo que sufre un partido sí y al otro también.

Es tan rico su repertorio gestual que en la mayoría de las ocasiones la repulsa de las gradas que visita se debe a un comportamiento que entra de lleno en el histrionismo. Y es que incluso cuando la repulsa no tiene que ver con el color de su piel, el chico se las pinta solo para avivar una tangana. El ejemplo lo tuvimos antier, justamente cuando el partido acababa con el justo empate a tres. Él ya había salido del partido, pero se las compuso para erigirse en el eje del conflicto.

Futbolista sensacional, entre el miedo que mete en las aficiones rivales y sus excesos gestuales, la repulsa está garantizada. De ser blanco, creo que el enfado de las hinchadas rivales sería el mismo. Que hay espectadores sin principios que ponen el acento de su enfado en el color de su piel no hay quien lo dude. Espectadores a erradicar, lo mismo por su comportamiento racista que por sus insultos indiscriminados a cuanto huela del rival, ya sea negro, blanco o amarillo.

Cierto es que esos comportamientos son obligatoriamente erradicables, como erradicables son los insultos al árbitro. El antirracismo y la mala educación son cuestiones a dejar fuera de los estadios, pero así como para lo primero se pone toda clase de medios, los ineducados campan a sus anchas sin que nadie los pare. El racismo es una lacra a extinguir por los medios que haga falta como hay que extinguir los malos modos... y los histrionismos de Vinicius, ese fenómeno.