EL Ayuntamiento de Granada ha dado a conocer las ordenanzas fiscales para el año próximo. Como siempre, el área de Economía presenta las subidas más importantes envueltas en algodones para que su efecto en la población no resulte áspero. Uno de los impuestos más universales, el de la contribución urbana, aumentará un 2,9%, es decir casi un punto más que el IPC, establecido en dos puntos porcentuales. Es una situación económica tan angustiosa como la que atraviesan las familias hoy día las fiscalidad no debería incrementarse por encima del coste de la vida. El Ayuntamiento ha tratado de endulzar la subida del impuesto de la contribución ampliando el denominado IBI social, una bonificación sin apenas repercusión económica y que sólo afecta a los contribuyentes que cobren un 1,5% menos del salario mínimo y cuyas viviendas no superen los 60.000 euros de valor catastral. Más que una concesión social, la medida es un ardid para mitigar el impacto de la subida general y ofrecer una cara amable a la ciudadanía.

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