buscando razones

José Antonio / Pérez Tapias

El rescate y los canallas

UN gobierno desbordado por los acontecimientos ha puesto sus esperanzas en que el sistema bancario español sea rescatado. Es la última fase, por ahora, del culebrón en el que la bestia capitalista nos ahoga. Hasta hace días, el presidente Rajoy insistía en que de rescate, nada. La autocontradicción en que el gobierno se ve metido se trata de salvar diciendo que el rescate no será del Estado, sino de los bancos en crisis. Pero la 'Operación Rescate' que se espera como tardía agua de mayo tiene un trámite, no exento de dificultades: hay que modificar el Mecanismo Europeo de Estabilidad, esto es, el fondo de rescate para países europeos que estaba previsto entrara en vigor el próximo 1 de julio. La modificación estriba en permitir que dicho mecanismo se aplique a bancos, sin que eso implique rescate de los Estados -éstos quedarían libres de la estigmatización consiguiente-. Además de vencer resistencias de Merkel y tomar caminos apuntados por Hollande, para tal ingeniería normativa se necesita unanimidad de primeros ministros del Eurogrupo, permaneciendo por lo demás el problema del déficit democrático de los procedimientos.

Los interrogantes sobre operación con tales expectativas se acumulan. Cabe adelantar respuestas. Si la operación sale adelante, y parece ir en esa dirección lo que se mueve en Europa -según expresión del mismo ministro que afirma ahuyentar a los "hombres de negro"-, ¿sobre quién recaerá el precio de un rescate no gratuito? La respuesta no está, a lo Dylan, en el viento; la tenemos grabada en nuestras mentes a golpe de experiencia: el precio va a pagarlo la ciudadanía. Debemos decirlo con claridad: rescatarán a los bancos, pero van a crujir a los ciudadanos. Sobre nuestras espaldas echarán más recortes, más dureza en las jubilaciones, menos políticas sociales y prestaciones por desempleo a la baja…Todo ello aplicado por los poderes de ese Estado que no quería verse estigmatizado.

Y, puestos a preguntar, ¿qué pasará con Bankia? Si los comprometidos 20.000 millones de euros con que el Estado se ha involucrado en su nacionalización resulta que los pone un fondo de rescate, ¿quién tendrá verdadero poder sobre la entidad financiera? A la gran chapuza del gobierno del PP que ha seguido a los mayúsculos despropósitos del banco en cuestión se suman los grandes enigmas en torno a una situación inédita. Se seguirá desechando la propuesta de una banca pública, por no ser del gusto de los ortodoxos. ¿Pero no hay mucho canalla definiendo la ortodoxia que nos ha traído a una situación en que estamos enfangados hasta las cejas? Marx calificaba de canalla a todo aquel que pusiera la ciencia, a través de un saber pretendidamente científico, al servicio de espurios intereses de dominio. El encanallamiento empieza con el encubrimiento ideológico.

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