Mucho ruido

El debate político y mediático no gira en torno a los problemas más sentidos por la población española

Viendo las diferentes entregas de los estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en lo que se refiere a las principales preocupaciones de la ciudadanía, se puede comprobar que la gente pone el acento en la situación económica, la sanidad o el empleo.

Lo de la amnistía y la independencia de Cataluña como preocupaciones de la sociedad aparece en los lugares 37 y 39 respectivamente, siendo así para el 0,9% de la población. Estos son los datos. Otra cosa es la valoración que ello merezca a cada persona, grupo, colectivo o partido político.

A mi estos datos me parece que dejan muy en evidencia los titulares de muchos medios de comunicación, la temática de muchas tertulias y muchas de las iniciativas, intervenciones y declaraciones de los partidos de la oposición y en especial al Partido Popular.

El debate político y mediático no gira en torno a los problemas más sentidos por la población española mientras que las principales medidas del Gobierno van en esa dirección (subida pensiones, subida del salario mínimo, medidas de apoyo al coste de la vida con rebaja del IVA o del precio del transporte público, etc.) y puede que aquí esté una de las claves que explican los datos demoscópicos de intención de voto.

Claro que los debates sobre la ley de amnistía o el proceso de normalización de la relación entre Cataluña y el resto de España son de enorme importancia, pero no son los únicos asuntos sobre los que justificar el grueso de la acción política del Partido Popular generando mucho ruido. Demasiado ruido.

Ahora bien es comprensible que, al ser asuntos que afectan a la sensibilidad política de una importante parte de la ciudadanía, sean parte del debate político. Sobre todo, porque la actitud desafiante y ciertamente chulesca de Junts, irrita casi a cualquiera que presencie u oiga sus discursos públicos.

Pero más allá de eso, quienes tienen responsabilidades públicas e institucionales harían bien en atender a las preocupaciones reales de la ciudadanía. La economía, el empleo o la sanidad son asuntos demasiado importantes como para sepultarlos bajo tanto ruido.

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