QUEDA mucho aún por delante y cualquier especulación sobre esa remota posibilidad es una hipótesis sin argumentos sólidos aún. Pero como soñar todavía es gratis, le propongo, querido lector, un ejercicio de fantasía que llega propiciado por la buena racha de resultados que atesora. Cierre los ojos, traslade su mente seis meses adelante, concretamente al 15 de junio de 2008, día que finaliza la Liga BBVA, e imagine que el Granada 74 ha logrado el ascenso a Primera División.

¿Ya? Bien. ¿Qué sensación tiene en el cuerpo? Si le ha entrado alegría, incluso euforia, es que le hubiera gustado ver al equipo jugar en Los Cármenes, en Granada capital, o al menos no le hubiera importado que eso ocurriera. Sin embargo, si el efecto ha sido de total rechazo, es de los que no es partidario de tal circunstancia y se muestra totalmente en desacuerdo con ello. Si se ha puesto a temblar, se le han caído los pantalones al suelo y ha ido en busca de un tranxilium, es usted político del PP en el Ayuntamiento de Granada, como Juan Casas, el concejal de Deportes, quien piensa que los que defendemos la teoría de que el '74' debería haber jugado en Los Cármenes lo hacemos porque somos 'agradecidos' a Marsá, y no porque estemos convencidos de que, además de justo y legal, es bueno para la ciudad o para el deporte granadino; o porque entendamos que no es incompatible con el Granada CF, y que sería un espectáculo estable más que, además, reportaría beneficios a comercios, hoteles o restaurantes. La mente de Casas está tan podrida por su condición de político que es incapaz de entender que la mayoría de las personas disfrutamos de libertad de pensamiento, y que se puede estar a favor o en contra de una causa sin que existan condicionantes por medio. Hace mucho tiempo que sobre Casas pesa más la condición de político fiel al partido por aferrarse al cargo como sea que la frescura del amante del deporte que alguna vez llegó a ser.

Pues eso, que algunos ya tiemblan al ver al '74' tan cerca de los puestos de cabeza.