De tramposos y tramposillos

El pensamiento lateral consiste en apoyarse en modos heterodoxos pero que solventan el problema

Volviendo a lo del pensamiento lateral, puede valer este ejemplo para dilucidar cómo la mente humana trata de salvar las situaciones más complicadas de manera que apenas produzcan daño. Es el caso de cinco hombres que van juntos por un camino en el campo cuando comienza a llover. En ese momento cuatro de ellos apuran el paso pero el quinto no hace ningún esfuerzo por darse prisa y, sin embargo, se mantiene seco mientras que los otros cuatro se mojan, llegando juntos a su destino. ¿Cómo pudo ser si para trasladarse sólo contaban con los pies? Otro ejemplo también muy conocido es el del hombre que se ha ahorcado en un granero en el que no hay objeto alguno al que haya podido subirse.

No se trata en estos casos de poner al lector delante de una situación clásica de problemas más o menos solubles o de juegos de entretenimiento. En esta apostilla se ofrece una reflexión sobre esquemas de conducta que los seres vivos, cada uno a su nivel, han encontrado como medio de subsistencia biológica y síquica. Los sicólogos que han diseñado este tipo de situaciones y otras parecidas tratan de poner delante de nuestra mente la reflexión sobre este uso del pensamiento que utilizamos con más frecuencia de la que a primera vista pudiera parecer y que nos sirve para resolver problemas vitales y existenciales. Es, más o menos, lo que otros teóricos del comportamiento llaman los sesgos, es decir, el uso de soluciones a los problemas a que tenemos que enfrentarnos, mediante maniobras o sistemas no ortodoxos, procedimientos que normalmente serían ignorados por el pensamiento lógico. El sesgo o el pensamiento lateral consisten en apoyarse en modos heterodoxos pero que solventan el problema. O, mejor, simulan que lo resuelven.

Estos últimos días hemos presenciado actuaciones y procederes públicos en los que protagonistas no han dudado en agarrarse a estas estrategias, no importándoles que se aprecie a simple vista la trampa utilizada. Pero, entre todos, hay una historieta que sobresale por encima: una persona que no está en un sitio porque se lo impide la ley pero, a pesar de ello, sigue estando plenamente en ese sitio. La respuesta a la primera incógnita de arriba es que los cuatro hombres llevaban al quinto, que se encontraba en su ataúd. La de la segunda es que el personaje se había subido a un bloque de hielo que luego se derritió. Y de esta tercera, ¿quién tiene la solución?

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