Alegría y paciencia. El pequeño Oliver, el niño de dos años y medio con un tumor cerebral, que ingresó en el Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona, tras la odisea vivida en México por sus padres, y que fue intervenido de forma exitosa, recibirá el alta en los próximos días por su favorable evolución y seguir el tratamiento de quimioterapia y radiación con protones. 

Desde el centro hospitalario señalan que el equipo del Servicio de Neurocirugía al frente de la operación, consiguió extirparle el 98,84% del tumor cerebral que presentaba en la base del cráneo. Un tumor de fosa posterior de gran volumen con una extensa infiltración del tronco encefálico. La intervención revestía una especial complejidad debido al gran tamaño del tumor (7,5 centímetros), debido a su localización (había invadido el tronco encefálico) y también por la extrema fragilidad del niño, que presentaba un alto riesgo de colapso sistémico, con una hidrocefalia no resuelta, y un estado grave de deshidratación y desnutrición debido a la gran afectación neurológica que sufría.

El equipo que lo intervino, liderado por el doctor José Hinojosa, pudo extirparselo sin causarle secuelas añadidas ayudado por la ecografía por neuronavegación y por la neurofisiología intraoperatoria, que ofrece información en tiempo real sobre el tumor y sobre las zonas circundantes.

Tras realizarle un estudio molecular han averiguado que se trata de un ependimoma de fosa posterior, un tumor del sistema nervioso central que afecta cada año a unos 30 niños en España. Existen diferentes tipos de ependimoma pero el más agresivo, y también más frecuente, es el que está situado en la fosa posterior (el 80% de los casos). Uno de cada cuatro niños españoles a los que se les diagnostica este tumor son tratados en Servicio de Oncología del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.

Una vez reciba el alta, el pequeño iniciará un tratamiento de radioterapia con protones en Madrid, donde recibirá durante dos meses un tratamiento de quimioterapia en el marco de un ensayo clínico internacional. Con este tratamiento, los médicos esperan poder reducir aún más el tumor o modificar sus condiciones para hacerlo más accesible y facilitar su extirpación total en una segunda cirugía.

Una segunda oportunidad

El pasado 13 de octubre todo cambió para Lena y Alejandro. Su hijo Oliver, de dos años y medio, estuvo varios días sin ganas de comer, con dificultad para moverse y cabizbajo, tras realizarle diversas pruebas en el hospital le dieron la mala noticia: un tumor cerebral e hidrocefalia. En ese momento comenzaron una gran odisea para volver a España, ya que se encontraban en Playa del Carmen (México) por motivos laborales, y todo jugaba en su contra.

Desde que hicieron público el caso en redes sociales en busca de ayuda, son miles las personas que se han puesto en contacto para intentar ayudar en la medida de lo posible, a través de donaciones. Además, un empresario del que no ha trascendido su identidad, se puso en contacto con la familia para costerar los gastos necesarios para el traslado del pequeño en un avión medicalizado.