La clausura de la XVI edición de las jornadas de tauromaquia tuvo como protagonista a Antonio Duarte El Pota, un gran torero de plata de una de las dinastías más importantes del toreo y que recibió el merecido homenaje a todo una vida dedicada al toro. Una noche entrañable, llena de recuerdos de la disfrutaron los aficionados que acudieron a la carpa de Las Palomas, bajo la moderación de Crescencio Torés.

A Duarte le acompañaron dos figuras de la plata como son Andrés Luque Gago y El Tito de San Bernardo. Los tres sumaban más de 240 años de historia viva del toreo. Una tertulia que se convirtió en la más interesante del ciclo, donde fluyeron las anécdotas, los recuerdos y lo más importante, la torería en la palabra y en los andares de estos tres toreros.

Y fue El Pota el que abrió plaza en las intervenciones y narró sus comienzos cuando quiso ser torero y acudía a los tentaderos en la ganadería de Ramón Gallardo en el cortijo de Las Albutreras. "Allí di mis primeros capotazos y donde me gané las primeras novilladas. Recuerdo también mi primer festival donde actué con Belmonte, El Gallo, Niño de la Palma, Ordóñez. Luego salieron más novilladas, hasta que me fui a Madrid y de ahí a Venezuela, fui para torear tres novilladas y me quedé tres años", apuntó.

Los recuerdos fluían de la cabeza de El Pota como la tarde que Bienvenida le dio la mano por llevarle el toro de un burladero a otro de la plaza sin darle un capotazo. Duarte estuvo a las órdenes de Ordóñez, Girón, Corbacho, Romero, etc.

Tanto Luque Gago como el Tito de San Bernardo elogiaron la profesionalidad y la personalidad de El Pota. "Antonio era muy listo en la plaza, ha sido una figura de los banderilleemos, era muy bueno con el capote, por eso fue con las figuras", apuntó Luque Gago.

Mientras Tito de San Bernardo señaló que en la actualidad el que quiera se banderillero debe tener mucha afición y dejó un consejo, "tocar poco al toro y el capotazo bueno es el que no se da", concluyó.