Fabri le salió barato, muy barato al Granada CF la pasada temporada y el gallego aspira a compensar lo que dejó de ganar en segunda con un contrato más acorde a la categoría que estrenará el equipo de aquí a unas semanas. La renovación del técnico lucense sigue sin concretarse, está estancada por las diferencias económicas entre lo que quiere el técnico y lo que ofrece el Granada. De momento, 70.000 euros aproximadamente separan los destinos de ambos.

Fabri llegó al Granada a razón de 6.000 euros al mes, para disputar los ocho últimos partidos ligueros en Segunda B y el posterior play off. Después de conseguir el ascenso, el técnico se hizo acreedor de una prima cifrada en 20.000 euros, dinero que todavía no ha recibido, según varias fuentes consultadas por este diario.

Pero aquella prima no es el problema. El entrenador hizo un gran esfuerzo y renovó por una cantidad muy alejada del caché de casi todos los técnicos de Segunda. Por cada uno de los diez meses que le correspondían de sueldo, Fabri no recibió más de 6.000 euros netos, una cantidad muy alejada del futbolista peor pagado del vestuario. Se dio la circunstancia de que todos los jugadores, incluso aquellos que apenas gozaron de minutos, tenían unos emolumentos de, como mínimo, el doble que los del lucense, que no está dispuesto a seguir en una situación similar en Primera División.

El club se ha plantado en los 180.000 euros como máximo para que se cierre el acuerdo, y el gallego puso sobre la mesa un mínimo de 250.000 cuando se sentó a negociar. La diferencia, 70.000 euros, no parece demasiado elevada si el club tiene verdadero interés en contar con los servicios del entrenador, que cuenta con el interés de otros equipos por ficharlo. El Racing de Santander preguntó por él y, según diversas fuentes, también apuesta por él el Valladolid.