Tribuna Económica

gumersindo / Ruiz

Orden político y armonía social

Gumersindo Ruiz da su impresión sobre los motivos que han provocado el golpe de estado frustrado en Turquía y el atentado de Niza.

Hace unas semanas apuntaba que sería muy provechoso para despejar incertidumbres económicas que Turquía hiciera las paces con Rusia y de ahí surgiera una solución para Siria, que es el foco principal de problemas que nos desestabiliza en lo político, con efectos sobre la economía. Por eso me ha parecido muy interesante la reacción de los partidos políticos ante el fallido golpe militar. Sobre todo, seguí el sábado con atención la intervención de Idris Baluken, representante del minoritario HDP, Partido Democrático de los Pueblos, que es desde su fundación una alternativa intelectual hacia el partido en el poder, ahora con mayoría absoluta, y a su intransigente presidente; porque las mayorías absolutas suelen ser un poquito más de la mitad, y queda casi otra mitad fluctuante con opiniones completamente diferentes. El HDP es el partido que defiende a las minorías, a las mujeres, y el laicismo, frente a un conservadurismo que divide a la sociedad turca y la enfrenta. Condenando fuertemente -como todos los partidos- el levantamiento militar, Baluken dejó claro que había que reconsiderar las políticas del principal partido frente a las etnias, el sexo, y la religión, que abrían el camino a enfrentamientos y a conflictos como éste; "paz, democracia y armonía" fue el eje de su discurso.

Ha sido necesario el intento de golpe de estado, para que el primer ministro Yildirim hable del "comienzo de una nueva era de colaboración con los cuatro partidos rivales en el parlamento", aunque la reacción del Presidente Erdogan no va por este camino. Erdogan, hace poco, sintiéndose inseguro, se disculpaba formalmente ante el ruso Putin, por el derribo del avión que mantiene enfrentado a ambos países, y éste lo aceptaba. Son gestos, forzados por las circunstancias, extraños en personajes para los que el poder y la fuerza son los ingredientes principales de la gobernanza. No es de extrañar que la reacción del Estado Islámico, Isis, haya sido proclamar con júbilo "la fragilidad de Turquía", potencialmente su peor enemigo.

Del atentado de Niza me ha llamado la atención la correlación entre las derrotas que sufre Isis y los atentados por individuos de bajo perfil, y con una escasa organización detrás. La caída de Fallujah, antes la de Palmira, la muerte de Shishani, supuesto ministro de la Guerra de Isis, y la imagen patética del líder Abu Bakr huyendo de Manjib, han ido provocando las respuesta de Isis. Otra conclusión del acto de Niza es que estas acciones individuales desesperadas muestran que hay un control policial de redes complejas organizadas, como vemos en las detenciones frecuentes en España, pero falla lo más elemental, y es que la policía cercana, la que está en la calle, no tiene el entrenamiento adecuado para ir más allá de dirigir ocasionalmente el tráfico o supervisar espectáculos. Como el terrorismo existe, habrá que exigir una preparación y coordinación institucional, formal, de todos los que tienen alguna responsabilidad sobre la seguridad ciudadana. Los países unidos, hechos fuertes por una mayor armonía interna, junto con una reforma de la seguridad, es lo que puede ir reduciendo la incidencia del terrorismo.

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