Tribunales

El acusado por la muerte de Beatriz reincide en la tesis de que unos sicarios le obligaron a violarla

  • José M.G. el presunto asesino de Beatriz Collado, que está siendo juzgado hoy en la Audiencia Provincial, ha coincidido esta mañana en la Audiencia Provincial con Antonio Herrera, el jamonero de Trevélez huído, produciéndose una imagen insólita en los juzgados.

El acusado por la muerte de Beatriz Collado, la joven de 27 años que desapareció el 1 de marzo de 2006 y cuyo cadáver fue encontrado flotando en el pantano de Cubillas en Granada al día siguiente, afirmó hoy que es un "delincuente que atraca y vende droga" y aseguró que no es un "asesino", en su declaración ante el tribunal que lo juzga en la Audiencia Provincial de Granada, donde se exculpó del resto de hechos de los que está acusado.

En la vista oral, que está previsto que dure tres días, el único acusado, J.M.G., explicó que él no mató a la joven aunque sí reconoció violarla, algo que tuvo que hacer, según dijo, obligado por "unos sicarios" que lo amenazaron con hacerle daño a su hijo debido a un trato que había alcanzado J.M.G. en la cárcel con otro hombre y no había cumplido.

En concreto, según el relato que hizo en la sala, similar al que realizó meses atrás en instrucción, recibió dinero a cambio de matar a seis personas cuando cumplía prisión por otro delito en la cárcel y al salir de ésta fue sorprendido la noche de autos por un individuo en una moto que lo condujo hacia otro vehículo en el que había otra persona esperando.

Ambos le amenazaron con una fotografía de su hijo y le conminaron a que cumpliera lo pactado en prisión. Fue entonces, según detalló, cuando en dos vehículos, el suyo y el de los "sicarios", se trasladaron hasta el pantano de Cubillas y allí le indicaron que "tenían un trabajo para él" que consistía en violar a Beatriz, a la que vio por primera vez esa noche y quien estaba "atemorizada".

En el interrogatorio en el que aseguró sentirse él también en ese estado --atemorizado--, J.M.G. no explicó por qué tenía tanto miedo puesto que los dos hombres, que eran "turcos" y describió como "altos, morenos y con acento extranjero", no le mostraron arma alguna, si bien aclaró que estaba seguro "al 90 por ciento de que la llevarían".

Fue entonces cuando tuvo que sacar a Beatriz del maletero de uno de los vehículos y violarla porque le dijeron "fóllatela", según manifestó, y él accedió a la petición argumentando tan sólo el miedo que tenía a esa amenaza. La joven, según indicó, no se resistió porque estaba paralizada por el miedo. "No estoy orgulloso de ello", insistió, "soy delincuente pero nunca he hecho algo así".

Incluso, J.M.G. llegó a preguntarle "tú qué haces aquí", "qué tienes que ver en esto" y ella, a la que veía por primera vez, no pudo contestarle, relató. Posteriormente fueron los "sicarios" los que mataron a Beatriz al estrangularla con una braga que ella llevaba cuando fue a correr esa noche y los que lanzaron su cadáver al pantano de Cubillas, donde fue descubierto al día siguiente.

A preguntas del presidente del tribunal sobre una posible "explicación lógica" al hecho de tener que violar a Beatriz coaccionado por los sicarios, J.M.G. indicó que "no podría darla" como tampoco la relación de ésta con los dos hombres, aunque manifestó que "a lo mejor estaría metida en algún lío o alguien cercano a ella".

Tras estos hechos el acusado, según relató, se fue con un móvil que le habían dado los sicarios para "tenerlo localizado" a Mengíbar (Jaén), a casa de un sobrino donde en otras ocasiones había pernoctado. Según el fiscal, que pide 30 años de prisión para el procesado por asesinato, violación, detención ilegal, robo con multirreincidencia y tenencia ilícita de armas, J.M.G. fue a la localidad jiennense donde se supone llevó a Beatriz para violarla.

La versión ofrecida por el acusado nada tiene que ver con la calificación provisional del Ministerio Fiscal que expone que sobre las 22.35 horas del 1 de marzo coincidió el acusado de modo casual con Beatriz al haber estacionado momentáneamente su vehículo para hablar por teléfono con su novio.

El acusado le exigió que apagara el teléfono móvil, rompiendo el cristal de la puerta delantera del vehículo exigiéndole que saliera del mismo. En un lugar "no determinado" mantuvo con ella relaciones sexuales en contra de su voluntad. Posteriormente con "ánimo de acabar con su vida" tiró voluntariamente del cordón de la "bufanda-tubo" que ésta llevaba con la que la estranguló y la trasladó al pantano de Cubillas donde la depositó a escasos metro de la orilla.

Las contradicciones en las que incurrió el acusado y también su compañera sentimental fueron múltiples especialmente en lo que respecta a qué hicieron ambos el 1 de marzo por la tarde y por la noche puesto que entre otras cosas dijeron que estuvieron en casa del hermano del procesado y cenaron después en un restaurante chino, aunque el hermano de J.M.G. no reconoció haber visto ese día a su cuñada.

Igualmente no quedó claro si trabajaba el día de los hechos porque no consta contratación hasta el 6 de marzo, si bien el acusado dice que sí estaba trabajando y la mujer que no lo recuerda. Tampoco precisó cuándo le regaló su compañero el móvil, que resultó ser de la joven fallecida, y que le entregó J.M.G. a la madre de su hijo porque "se confundió" con el suyo que era igual, según manifestó.

Las hermanas de la joven declararon que tuvieron constancia de la desaparición por el novio, última persona que habló con ella y que ejerce la acusación particular. Éste se encontraba en Madrid cuando ocurrieron los hechos y declaró que sólo escuchó una voz de un hombre decir "tranquila, tranquila, apaga el teléfono" y ya no pudo contactar más con ella.

La joven había salido esa noche a correr con una compañera suya de trabajo, según las acusaciones, y ya de vuelta paró el vehículo para hablar con su novio cuando fue sorprendida por el acusado que la retuvo, violó y asesinó. La acusación particular pide 48 años de prisión por los hechos. La vista oral continúa mañana con la declaración de más testigos y peritos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios