Ni es algo que aclare definitivamente el panorama ni, por supuesto, acabará con los dimes y diretes, con ese fuego cruzado entre PP y PSOE a cuenta de si el AVE llegará o no a Granada en 2013. Pero la noticia, en sí, resulta esperanzadora por cuanto significa un avance objetivo.

La más que polémica variante de Loja, esos veinte kilómetros subdivididos en cuatro tramos que suponían -y aún suponen- el principal escollo para garantizar la fecha de finalización de la obra, ya ha superado la fase de estudio informativo y está a punto de pasar también la del impacto ambiental.

Y como el proyecto constructivo está casi finalizado y sólo a falta de incluir las alegaciones que el Ministerio de Medio Ambiente considere necesarias, podría estar acabado en cuestión de un par de meses, lo que a su vez hace albergar esperanzas de que la obra se pueda licitar y adjudicar en lo que queda de año.

Si todo eso sucede, y teniendo en cuenta que el plazo de ejecución de esa variante es de algo menos de tres años, el AVE podría llegar a su destino en el plazo anhelado por el PSOE. Justito, pero llegaría.

"El PP se está equivocando en sus declaraciones, sus datos no están actualizados", incide Manuel Pezzi, que al explicarse no puede evitar que se mezcle su faceta técnica -es portavoz de Infraestructuras del grupo socialista en el Congreso- con la política.

El parlamentario hace hincapié en que, en contra de lo que difunden los populares, el estudio informativo ya se ha hecho y está ahora en la fase de exposición pública, con la particularidad de que incluye el estudio de impacto ambiental, que se hizo de forma paralela.

Hasta dentro de dos semanas se podrán presentar alegaciones. Por ahora, el Ayuntamiento de Loja ya ha hecho algunas objeciones en el terreno medioambiental, casi todas en forma de recomendaciones y otra, más concreta, que ya fue aprobada en comisión de gobierno con los votos favorables de PSOE y PP y que hoy quiere ratificarse en pleno para, según explica el concejal de Urbanismo, Juan Francisco Mancillo, "darle más realce y que tenga más impacto ante el posterior posicionamiento del Ministerio".

En síntesis, el Ayuntamiento propone que la línea férrea discurra más hacia el Suroeste de la presa de Loja, que se aleje de ella y de la cercana planta embotelladora. "Es un paraje muy bonito y no estaría bien que el viaducto pasara por encima", justifica Mancillo, que desconoce si otros organismos o particulares han presentado alegaciones. "Sé que bastante gente se ha acercado a ver el estudio, pero nada más".

Terminado ese periodo de exposición, las alegaciones serán enviadas al Ministerio de Medio Ambiente, que decidirá cuáles acepta. El tiempo que tarde en contestar este organismo gubernamental es clave porque cuanto antes lo haga, antes podrán incorporarse esas variaciones al proyecto constructivo, que en realidad, indica Pezzi, "está ya hecho y a expensas sólo de añadir esas correcciones".

Después de eso y antes de que empiece a trabajarse en la zona, habría que superar otros dos trámites: licitar la obra y adjudicarla. Lo primero significa abrir el plazo para que las empresas interesadas en acometer el proyecto presenten sus ofertas. Fomento hará una plica en la que establecerá el presupuesto tope y el plazo máximo de ejecución. Los candidatos, tradicionalmente, hacen una oferta a la baja y entre ellos se elige al que, por decirlo de modo sencillo, ofrece una mejor relación calidad-precio-tiempo.

Aquí también es fundamental la presteza de un organismo gubernamental, en este caso el Ministerio de Fomento. No ya en el plazo de presentación de ofertas, que casi invariablemente es de un mes para este tipo de obras, sino en el de elección de la empresa que acometa los trabajos y en la resolución de eventuales alegaciones de los contrincantes no elegidos.

La adjudicación es la consecuencia de lo anterior y suele producirse un mes después. En el caso de la variante de Loja, lo más probable es que se opte por una fórmula que en principio debe dar más agilidad a la obra: elegir a una empresa adjudicataria para cada uno de los tramos -uno de los cuales incluye la nueva estación ferroviaria de ese municipio- , de forma que les sea más fácil trabajar simultánamente.

Cuando la obra se adjudique será cuando se pueda saber la fecha de finalización, porque las empresas adjudicatarias serán las que digan cuánto van a tardar. Pezzi recuerda, en ese sentido, que hasta ahora se ha hablado siempre de que ese trazado tardaría en hacerse tres años "o puede que un poco menos".

En consecuencia: si la obra está adjudicada antes de finales de 2010, podría dar tiempo. ¿Será así? El parlamentario del PSOE es optimista, aunque no oculta que son muchos los condicionantes y que seguridad absoluta no hay. "Dependemos de cuánto tarden los organismos oficiales en responder para así poder dar el siguiente paso, pero me consta que Adif y Fomento están volcados", asegura.

También es optimista el alcalde de Loja, Miguel Castellano, que destaca que en la zona se está trabajando "en varias cosas en paralelo para que no seamos un obstáculo y se puedan cumplir los compromisos, porque todos estamos interesados en que así sea". El regidor añadió que todos los informes que ha recibido por vía oficial son "favorables" y que por tanto "no debería haber ningún problema para acabar con la obra cuando se ha dicho, por más que lo niegue el PP".

Y hablando de críticas de los populares, Pezzi no puede olvidarse de la polémica más reciente: la integración del AVE en la capital. Ese tramo es el más corto -sólo 2,6 kilómetros- pero también el más retrasado, ya que aún está en fase de estudio informativo. Que se avance más o menos rápido depende de que se alcance un acuerdo tripartito de financiación -Gobierno, Junta y Ayuntamiento- que hoy por hoy parece muy lejano. Así que el diputado asume que el AVE entrará en Granada en superficie, atravesando La Chana, y que llegará a la antigua estación. ¿Por cuánto tiempo? "Ahí no sé qué contestar. Sólo sé que llevaremos el AVE hasta Granada", finaliza.