Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Castillos inexpugnables

Tras cinco horas para presentar una solicitud, les hacemos el trabajo a unos funcionarios que ni nos atienden físicamente

He decidido seguir con esta serie de artículos sobre la dictadura de las Administraciones porque, además de su buena acogida entre los ciudadanos indefensos frente el totalitarismo inconstitucional que aquéllas ejercen descaradamente, el pasado sábado oí por la calle hablar a un matrimonio angustiado ante la imposibilidad de pedir cita y que les atendieran en una Administración. Estuve a punto de decirles: "No se preocupen, que los ciudadanos vamos a acabar de una vez con esta intolerable actuación de las Administraciones".

Da igual que quieras ir a un centro de salud, a un ayuntamiento, a una consejería…, todas las Administraciones se han convertido en castillos inexpugnables en los que conseguir una cita es una odisea, y que te atiendan, un milagro.

Tienes que pedir favores cien veces, dar las gracias doscientas veces más, si es que consigues alguna atención de unos funcionarios que atienden al público cada vez más ruda y ásperamente, y a los que la pandemia les ha venido divinamente para abandonar su misión de servicio público a la ciudadanía, con el respeto que Constitución y leyes exigen.

Eso sí, mientras ellos te tratan desabridamente, nosotros tenemos que hacerles el trabajo desde casa: internet, ordenadores, portales electrónicos, e-DNIs, e-cl@ves, firmas electrónicas de la FNMT, registros electrónicos, son conceptos que ni tenemos por qué manejar ni muchos queremos hacerlo. Tras cinco horas para presentar una solicitud de dos líneas, les hacemos el trabajo a unos funcionarios que ni nos atienden físicamente, y, si tienes esa suerte -es más fácil que te reciba el Papa-, su trato es agrio, y, si tienes dudas, que te las resuelva Doña Web, porque los reyezuelos del castillo no están para atender a los pobres súbditos.

¿Habrá más desfachatez que un médico 'vea' a sus pacientes por teléfono después de esperar semanas a que les llamen? ¿O que no dejen entrar en los hospitales a los familiares de los enfermos, ni tan siquiera al vestíbulo? Te echan a la calle, a esperar sentado en maceteros. ¿Se puede consentir que para cambiar un dato del agua o del padrón tengamos que llamar a un teléfono que comunica las 24 horas y, cuando lo consigues, te digan que ya te llamarán, y, si lo hacen, te remitan a Doña Web?

Hay que acabar con estos funcionarios disfuncionales y con sus castillos inexpugnables, máxime cuando los pagamos nosotros. También hay que deshacerse de los cientos de Administraciones que sobran: Consejos para todo (trasparencia, consultivo…), Agencias inútiles…

No tienen derecho a tener castillos. La semana próxima, más Administración…

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