Res Pública

José Antonio Montilla

montilla@ugr.es

Desbloquear las listas

Es la forma de que el elector tenga capacidad de decisión sobre el representante finalmente elegido

Desde hace meses trabaja en el Parlamento de Andalucía una comisión para la reforma electoral. Su tarea no es fácil. Un sistema electoral debe conjugar dos principios que, a menudo, resultan contradictorios. Por un lado, debe ser proporcional, esto es, el reparto de escaños debe reflejar lo más fielmente posible el voto de la ciudadanía. Por otro lado, ha de ser representativo. Ello significa reforzar la relación entre el representante y el representado.

Nuestro sistema electoral no es proporcional, ni en el ámbito estatal ni en el autonómico. El problema es que los cambios para mejorar la proporcionalidad perjudican a la representatividad.

El obstáculo a la proporcionalidad es la circunscripción. Al haber circunscripciones en las que se eligen pocos representantes, los partidos pequeños quedan fuera del reparto y el resultado final es desproporcionado. La solución parece simple: incrementar el número de representantes a elegir o el tamaño de la circunscripción. Sin embargo, ambas opciones tienen contraindicaciones. Incrementar el número de representantes implica subir el gasto público, lo que puede ser mal entendido por la ciudadanía. Aumentar el tamaño de la circunscripción, por su parte, supone alejar al representante del representado. Se elegirían largas listas de candidatos a los que el elector dudosamente conoce. Con ello, se refuerza la proporcionalidad sacrificando la representatividad.

Suele mencionarse el sistema alemán como aquél en el que se ha conseguido la cuadratura del círculo, al conciliar ambos principios. El número de representantes de cada grupo político es el que proporcionalmente le corresponde conforme a su número total de votos. Pero, además, hay un segundo voto a candidatos por distrito. Quien gana en un distrito es directamente incorporado a la lista de representantes de su partido. No puedo detenerme en los detalles, ni tampoco en las críticas que se han hecho a este sistema.

Lo que quiero sostener es que la propuesta de un cambio de modelo debe ser compatible con los avances mediante cambios pequeños. En el caso de Andalucía, un incremento de los parlamentarios permitiría que el sistema fuera más proporcional allí donde el porcentaje necesario para alcanzar representación es demasiado alto. Pero, sobre todo, pueden desbloquearse las listas electorales, de forma que el elector tenga capacidad de decisión sobre el representante finalmente elegido.

Si queremos cambiar el modelo es mejor dar pequeños pasos en lugar de esperar una gran reforma electoral que seguramente nunca se producirá.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios