Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Montesquieu ha muerto

No podemos permitir que unos apesebrados políticos ganen el relato y lo impongan

El pasado 9-N se selló el episodio más negro de la moderna historia democrática de España: la inconstitucional concesión a los independentistas de la amnistía y el referéndum de independencia de Cataluña, cuestiones trascendentales que afectan a toda España y todos los españoles y que deben ser sometidas a referéndum de todos los españoles (art.92.1 CE), en vez de firmarse por un mandado de Sánchez y un prófugo de la justicia en Bruselas, a cambio de 7 votos para que aquel sea presidente.

Los diputados que el 16-N voten sí a tal investidura serán cómplices del desmantelamiento de la democracia, el Estado de Derecho y la división de poderes en España. Porque ya no todos somos iguales ante la ley, existe una casta privilegiada que, tras delinquir, no será castigada, mientras los demás españoles irán/seguirán en el trullo por idénticos delitos ¿esta es la igualdad que predica el socialismo, o lo son los 15.000 millones para Cataluña?

El lawfare y la posibilidad de crear comisiones en las Cortes para “juzgar” si las sentencias judiciales son producto de persecución política es un auténtico insulto al Poder Judicial y su independencia (art.117.1 CE). Se han sobrepasado todos los límites que una democracia puede tolerar.

No hay que esperar a leer ningún texto, ¿habría que esperar a leer un texto sobre la esclavitud para dilucidar si es constitucional o no porque la Constitución no la menciona? Nuestra Carta Magna no menciona expresamente la amnistía porque al prohibir lo menos –indultos generales, art.62 i)– prohíbe lo más –amnistía–, al igual que no menciona la esclavitud porque proclama la igualdad.

No explicaré más a Montesquieu, la división de poderes en España, la igualdad de todos los españoles ante la ley…, mientras este atropello explícito a nuestra democracia prosiga, mi libertad de cátedra (art. 20.1c) CE), me ampara, y los españoles deben conocer la verdad jurídica.

Esta vez los defensores de nuestra Constitución, del Estado de Derecho, la democracia y la división de poderes no podemos permitir que unos apesebrados políticos ganen el relato y lo impongan, porque hay un antes y un después, el salto es cualitativo, y lo que Sánchez y los suyos negaban radicalmente antes del 23-J –Illa incluso después–, ahora rubrican descaradamente.

Hace 5 años escribí sobre la entronización de la postdemocracia, la autocracia –“Forma de gobierno en la cual la voluntad de una sola persona es la suprema ley” (RAE)–, y la necesidad de reforzar los controles democráticos para evitarlas, y ya están aquí. El 9-N, Montesquieu murió para España y los españoles.

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