Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Una calamidad

O cambiamos el rumbo de Granada o no vamos a salir nunca del agujero negro en el que nos metieron hace 43 años

Los desastres provocados por las lluvias del pasado fin de semana en la A-92, que han provocado hasta la desgraciada muerte de un niño, son otra muestra más del desastre que vive nuestra Granada en todos los ámbitos: infraestructuras básicas, ferroviario, AVE, metropolitano, presas inservibles, la Alhambra, Cetursa y el Parque de las Ciencias gestionados desde Sevilla, el desastre de la EASP, la OCG, la desaparición de la IX Región Militar, el IAPH, la SGAE andaluza oriental, de Salas del TSJA, la volatilización de la Agencia del Medicamento, de la AESIA, la cementación de la milenaria Acequia Gorda… En fin, una calamidad tras otra. Y encima, Granada capital sufre un deterioro extremo, atestada de basura y convertida en paraíso de grafiteros, botelloneros y turistas disfrazados extravagantemente en cientos de despedidas de soltero.

En Granada actualmente todo es un desastre extremo, mientras en Sevilla y Málaga la andaluza junta tira con pólvora del rey, nuestro peso en Andalucía y España es cero. Hasta el Gobierno de España ha eliminado al Reino de Granada de la última versión del escudo de España.

Y lo más aterrador es que los partidos que se alternan gobernando Granada sólo han conseguido hundirnos más en el abismo al que nos han conducido, y así seguiremos per secula seculorum.

Cada vez más hundidos, más postergados, más olvidados, más pobres... O cambiamos el rumbo de Granada o no vamos a salir nunca del agujero negro en el que nos metieron hace 43 años.

El agravio a Granada es continuo –en los presupuestos, en las inversiones, en los proyectos, en la aspiración de presente y futuro…–, ¿es que no hay nadie aquí que pueda hacer algo por Granada?

Pues no. Cuando se aproximan elecciones, nos prometen todo, bajada del IBI, arreglo de aceras, plantación de árboles, Metros, AVEs…, eso sí, con cientos de fotos con vecinos… Pero cuando los políticos ya están sentados en sus sillones, ya no están para nada con Granada. Y es que hasta algunas formaciones tienen el descaro de poner cabezas de listas que ni son de Granada ni sienten nuestra tierra.

Abandono, preterición, expolio… el suma y sigue de agravios y calamidades es infinito y proseguirá... Nos lo han quitado todo y lo peor es que aquí todo da igual. Mientras no nos concienciemos de que únicamente una formación granadinista nos puede sacar del agujero, iremos cada vez a peor, porque mientras los granadinos no tomemos democráticamente las riendas de Granada y porfiemos por nuestra propia autonomía para sacarla del vagón de cola de todo, esta desastrosa calamidad continuará, no lo duden…

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