Es que lo que pasa en Granada nunca va a tener remedio? Retrasos durante varios meses en el AVE Madrid-Granada, cierre de la autovía a Motril por el paso PTS-Armilla, reformas en el puente de Rules que cerrarán su circulación durante meses, obras en el Metro… y un largo etcétera de situaciones derivadas de despropósitos y mal hacer reiterado que nos hacen retroceder otros diez años más en la constante preterición que padecemos.

Nos quitaron la AESIA, liquidaron la EASP, la gestión de Cetursa, participaron la del Parque de las Ciencias…, tampoco vendrá el tren Granada-Motril, cementaron la milenaria Acequia Gorda, las ayudas a la bioclimatización de los colegios llegan a 125 de Sevilla y ninguna a los de Granada. Esto es sólo un botón de muestra, porque la lista de agravios y discriminaciones a Granada en comparación con otras capitales y provincias andaluzas es interminable.

No es de extrañar que en la Encuesta Turística de Andalucía, elaborada por la Junta, la calificación de los turistas a Granada sea la peor de Andalucía (los peores en atención, trato, alojamiento, ocio, diversión, playas, puertos, seguridad ciudadana, tráfico, entornos urbanos, red de comunicaciones, señalización, información turística; y los penúltimos en restauración, calidad de paisajes y parques naturales, relación calidad/precio, limpieza), pésimas puntuaciones que traen su causa en la humillante postergación que llevamos padeciendo +40 años.

Tampoco es de extrañar que el polémico Rufián haya asegurado sentirse orgulloso de que sus abuelos huyeran de Granada y Jaén para irse a Cataluña para subsistir. Con el abandono endémico de Granada no sorprenden sus ingratas palabras.

Entre nuestra nefasta realidad, arrastrada décadas, y que parece no tener remedio bajo ningún gobierno local/autonómico/estatal, los insultos que padecemos por distintos motivos (últimamente: fascistas, racistas, islamófobos, andalúfobos, exorcistas, ignorantes, retrógrados, de extrema derecha, por la Toma; las lindezas de Rufián relacionadas con la lamentable situación de Granada, etc.), la pésima percepción de los turistas, y la deuda estratosférica de un Ayuntamiento en bancarrota, es momento de que muchos políticos hagan acto de contrición sobre cómo han gestionado/gestionan nuestra ciudad y provincia y cómo han consentido que lleguemos al límite de la postergación. Todos son culpables, políticos locales/autonómicos/estatales que han representado/representan a Granada, y que poco/nada han logrado para nuestra prosperidad, y esto definitivamente tiene que cambiar.

Tras +40 años sufriendo un cúmulo de despropósitos que han llevado a Granada a una situación límite de preterición, van a necesitarse otros +40 años de inversiones millonarias para revertirlos y llevar definitivamente a Granada al siglo XXI. Si no, la postergación de Granada nunca tendrá remedio…

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